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Tuesday, September 12, 2006

Exhortación al pueblo nicaragüense (CEN - 15, VIII, 2006)

SER SERVIDOR DE TODOS
EXHORTACION DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA
CON MOTIVO DE LAS ELECCIONES DEL 5 DE NOVIEMBRE
15 de agosto de 2006

ORIENTACIONES A LOS ELECTORES:

“Hermanos, todos cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta” (Flp. 4,8).

Teniendo en cuenta estas palabras del Apóstol consideramos que es muy importante la participación de los ciudadanos en todo proceso electoral. Es el momento de expresar el amor a la patria, de trazar las directrices que orienten el futuro del país.

La corrupción, el temor al fraude, el fanatismo partidista, la inestabilidad, la indiferencia cívica, el injerencismo y otros factores, repercuten negativamente a la hora de elegir; por tanto, éstos deben ser objeto de superación para el bien común.
El abstencionismo es un obstáculo a vencer.

Participar en las elecciones no sólo es un derecho que como ciudadanos nicaragüenses poseemos, es también una obligación con la patria, con las próximas generaciones y
con nosotros mismos llamados a transformar nuestro entorno (Gen. 1,28).

No votar es ya elegir, es conformarse con aquellos que los otros elijan. Evadir la responsabilidad del voto es renunciar a las posibles soluciones de los problemas del país.

Ahora bien, si los exhortamos a ejercer su derecho al voto, igualmente les recordamos “discernir entre lo malo y lo bueno, entre lo bueno y lo mejor”. Elegir en conciencia es abrir las puertas al porvenir; al no elegir bien desperdiciamos una oportunidad que Dios pone en nuestras manos para hacer historia patria.

La verdadera elección deberá tener en cuenta tres factores: la persona, el contenido de los programas de gobierno, y el medio para lograr las promesas.

  • Respecto de lo primero, debemos constatar que el candidato sea una persona probada en virtud. Considerando que las ofertas pueden ser parecidas: salud, vivienda, trabajo, deporte, bienestar, estabilidad, paz, educación, la diferencia estaría en la persona del candidato y su equipo, la rectitud en su trayectoria, sus principios y capacidades de gobernante.

  • Respecto del contenido, debemos conocer y examinar si su programa de gobierno responde a las expectativas de la Nación y a nuestros principios.

  • Respecto de los medios, hay que analizar las políticas con las que se pretenden lograr los programas de gobierno; los medios deben ser justos y responder a los principios de transparencia y honestidad.

Por otra parte, a la hora de votar tengamos como parámetros algunos principios que Su Santidad Benedicto XVI ha enfatizado con firmeza. Éstos son:

  • La protección de la vida en todas sus fases: desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural.

  • El reconocimiento y promoción de la estructura de la familia, como una unión entre el hombre y la mujer, basada en el matrimonio.

  • La protección del derecho de los padres a educar a sus hijos.

A éstos adjuntamos otros principios de derecho natural como la dignidad de la persona, el bien común, la sensibilidad y estabilidad social.

Todo partido y candidato que falte a estos principios, siendo partidario de la cultura de la muerte, estaría lejos de responder a un pueblo que ama la vida en todas sus formas y etapas.


III. A LOS CANDIDATOS:

“El que aspire a ser más que los demás, se hará el servidor de todos. Y el que quiera ser el primero, debe hacerse servidor de los demás” (Mt. 21, 26-27).
Basados en estos criterios de Jesucristo sobre aquellos que aspiran a presidir, nos dirigimos ahora a los señores candidatos a presidente y vicepresidente, diputados y activistas de campaña electoral: por el bien del pueblo nicaragüense, les pedimos que conserven un lenguaje respetuoso, de manera que no se incite a la violencia ni al odio entre unos y otros. Que en ello se pruebe el respeto a la dignidad que está en la otra parte.

Tratemos de conseguir un clima de serenidad y confianza que haga de las elecciones una auténtica fiesta cívica.

Todos sabemos que la mentira, la calumnia, la vulgaridad, le grosería, la falta de criterios éticos, el desconocimiento de la realidad nacional e internacional, el fanatismo y las descalificaciones de otras personas, demuestran la profunda incompetencia de un aspirante político y su poca credibilidad para ser hombre de
Estado.

En cuanto al bien común siguen siendo válidas las palabras del Concilio Vaticano II, dirigidas a quienes consagran su vida al quehacer político:
“Quienes son o puedan llegar a ser capaces de ejercer ese arte tan difícil y tan noble que es la política, prepárense par ella y procuren ejercerla con olvido del propio interés y del beneficio venal. Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos”.
No podemos dejar de citar a nuestro recordado Juan Pablo II, quien en la proclamación de Santo Tomás Moro como patrono de los gobernantes y de los políticos, expone las virtudes que, siendo propias del santo, todo político debe poseer:
“El profundo desprendimiento de honores y riqueza, la humildad serena y jovial, el equilibrado conocimiento de la naturaleza humana y de la vanidad del éxito, así como la seguridad de juicio basada en la fe”.
En nombre del pueblo de Nicaragua les pedimos hagan eficaz el derecho a la vida y a la familia, una justa distribución de los bienes que disminuya la pobreza (2Cor. 8,15), y el bienestar social y el compromiso con la paz.

La vida es el más grande de los valores, y nuestro pueblo lo sabe y tendrá muy en cuenta el concepto que ustedes tengan del mismo. Nos preocupa que si no superamos nuestra situación social, sobre todo el desempleo y la pobreza, se intensificarán los atentados contra la vida, sobre todo por el aborto, suicidio, violencia intrafamiliar y conflictos sociales.

Por ello, constatamos que la pobreza es una de las grandes plagas que nos azotan. La Nicaragua nuestra cada vez está en manos de pocos que tienen mucho y hay muchos en ella que no tienen nada. Gran parte de nuestro pueblo no sólo vive sumergido en la pobreza sino en una profunda miseria, provocando la emigración a otros países en busca de mejores horizontes que muchas veces no se alcanzan.

Disminuir los niveles de pobreza demanda un esfuerzo de todos (Gobierno, empresa privada y sociedad civil).

Las políticas públicas en materia social deben proponer un desarrollo humano sostenible, por la generación de empleo, por un mayor índice de productividad del trabajo de la población, por la creación de empresas y microempresas, y por una promoción de todas las iniciativas ciudadanas.

Respecto de la globalización, el Papa Benedicto XVI considera que la solidaridad es la clave para que esta se convierta en una aliada (y no en un enemigo) de la lucha contra la pobreza. Evidentemente no hay que globalizar las ansias de poder y de dominio, eso conduciría a un nuevo sistema de esclavitud. Hay que globalizar la cooperación, la búsqueda del bien común, la virtud del amor; conservando, además, los propios valores, principios, tradiciones y cultura.

Finalmente quien salga electo no deberá olvidar que el pueblo, con el voto, ha puesto su confianza en él, de modo que las expresiones de cariño a través de los besos y abrazos, más las promesas en campaña no pueden quedar en el olvido.


IV. UNA PALABRA A LOS MIEMBROS DEL CONSEJO SUPREMO ELECTORAL:

“…entonces conocerán la Verdad y la Verdad los hará libres” (Jn 8,31-32).
El juego limpio y transparente se basa en esa verdad en la que tanto insiste la Palabra de Dios; en el caso de la contienda electoral el garante principal es el Consejo Supremo Electoral. Por ello, respetables magistrados, reconociendo la grave responsabilidad de este servicio a la patria, les exhortamos a prestar sus buenos oficios con honradez, transparencia y rectitud para que, llegado el momento de las votaciones, no surjan sospechas o dudas sobre la validez y legitimidad de los resultados obtenidos.


V. A LOS HOMBRES Y MUJERES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A ustedes hombres y mujeres, dueños de los medios de comunicación y comunicadores, se les exhorta a que sean faros iluminadores de la conciencia del pueblo. La gente los escucha, lee sus informaciones, sigue sus programas y forma sus juicios. Si la información no corresponde a la verdad o hay manipulación de la misma, se pecaría de complicidad en una decisión desacertada. Como la sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad, es tiempo, pues, de seguir esos parámetros informativos y crear espacios proporcionales, donde los candidatos expongan con claridad sus programas de gobierno para que los nicaragüenses tengamos claridad a la hora de elegir.


VI. A NUESTROS SACERDOTES, RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS:

“Ustedes son la sal de la tierra. Más si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ustedes son la luz del mundo” (Mt 5, 13ª, 14ª).
A los sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes de pastoral: Nuestro compromiso como cristianos y servidores en la Iglesia es de fidelidad a Dios y al prójimo, que en estos momentos de importancia nacional se debe traducir en un acompañamiento a todos los nicaragüenses. Si no queremos fallar a esa fidelidad, dejando de ser sal y luz del mundo, seamos todos para todos.

No olvidemos que nuestro llamado ha sido para ser discípulos y pastores, no activistas de política partidaria.

Traicionamos la confianza de nuestros feligreses si públicamente nos pronunciamos a favor o en contra de un candidato o de un partido. Por esta razón, en el período de campaña electoral, les hacemos un llamado a abstenerse de participar en actividades partidistas en las que se manifieste la propia inclinación, lo cual desorientaría al pueblo que confía en nuestra postura respetuosa y objetiva.

En reiteradas ocasiones, algunos políticos, en tiempos de campaña electoral, solicitan servicios religiosos comprometiendo a sacerdotes, religiosos y religiosas, y provocando confusión en nuestro pueblo creyente. Para evitar esto, consideramos oportuno que el domingo 29 de octubre se celebre en todas las parroquias del país la
Eucaristía pidiendo a Dios ilumine nuestras decisiones; de igual manera, una vez oficializado el resultado de las elecciones, el domingo siguiente, celebremos la Eucaristía pidiendo a Dios ilumine y guíe a quienes hayan sido electos.

Finalmente, queremos referirnos al instrumento de reflexión y oración que hemos hecho llegar a las comunidades; estas catequesis servirán para crear un clima de oración, pues nuestra historia no puede desligarse del Señor que nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn. 14,6). Sólo en Él nuestro pueblo tendrá vida.


VII. ORACIÓN FINAL:

“Ante todo recomiendo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad” (1Tm 2, 1-3).
Los invitamos a crear una cadena de oración por Nicaragua, para lo cual les proponemos que en las Eucaristías dominicales en la Horas Santas de los jueves eucarísticos y en toda acción litúrgica apropiada hasta la fecha de las elecciones, se rece la siguiente oración:
Oh, Dios, Padre Nuestro, que con admirable providencia gobiernas y diriges todas las cosas, mira con amor y misericordia a tu querido pueblo nicaragüense que se prepara para elegir a sus autoridades y que quiere construir su futuro en la verdad, la justicia, el derecho y los valores morales.

Danos la sabiduría y la claridad para elegir a las personas idóneas que se destaquen por su honestidad, por el conocimiento de las necesidades del país y que presenten propuestas claras y realistas promoviendo la reconciliación, la justicia, el progreso y el bien común.

Bendice a nuestro pueblo y haz que iniciemos una nueva etapa, preocupándonos por regenerar nuestra patria; promoviendo los valores cívicos, morales y religiosos, la democracia y participación de todos y buscando el bien común, especialmente de los más pobres y necesitados.
Amén.

La responsabilidad con toda la humanidad que nuestra Madre la Virgen María ha manifestado, desde su SÍ al mensajero de Dios hasta su Asunción a los cielos, para ser coronada como Reina, inspire nuestra responsabilidad y compromiso con la Historia Patria. A ella, la Purísima Inmaculada, encomendamos este momento especial de nuestra querida Nicaragua.

Dado en Managua
a los quince días del mes de agosto del año dos mil seis.
Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María,
Reina y Patrona de Nicaragua.
Conferencia Episcopal de Nicaragua

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