Mártires - Carta abierta al P. General Jesús Mª Lecea Sainz y a sus Asistentes

Navegar Juntos - Boletín quincenal del ICCE-América
Veracruz-México, 14 de noviembre del año 2007

Queridos Hermanos:

Desde el cálido ambiente institucional calasancio que está viviendo nuestra Orden de las Escuelas Pías con motivo de las celebraciones en torno a los 450 años del natalicio del Fundador, les hacemos llegar una inquietud que sabemos abrigan también en su ánimo muchos de nuestros Hermanos Escolapios.

Tal inquietud se está dando entre nosotros desde hace años, pero se refuerza al contemplar con gozo eclesial cómo se van beatificando numerosos grupos siendo el más impresionante de ellos el del pasado mes de octubre en Roma -casi quinientas personas -, víctimas de la persecución religiosa de la guerra civil española.

Es cierto que la Iglesia declaró Beatos a 13 Escolapios que sufrieron la misma suerte de martirio en esa dolorosa coyuntura histórica; pero nuestras crónicas recogen los nombres de casi trescientos Hermanos nuestros, mártires también. Y frente a los 13 Beatos, surge el inevitable interrogante: y los restantes, ¿dónde están o por qué quedan en el anonimato o por qué no se retoma ese tema para rescatar un número mucho mayor de Beatos Escolapios haciendo así justicia a su martirio?

Todos sabemos que los procesos de beatificación o canonización son lentos y costosos; pero una Institución con una historia cuatro veces secular como la nuestra, debe trabajar también a largo plazo y posee capacidad para hallar recursos. No importa cuánto tiempo cueste lograr la meta si el objetivo es válido y posible.

Creemos que en este importante tema, lo que importa es que alguien inicie el itinerario y lo impulse con fuerza; si la causa es razonable y justa –y pensamos que ésta lo es por el modo de actuar la Iglesia con sus hijos muertos como mártires- no dudemos que Dios la bendecirá.

Es obvio que estos Hermanos cuya muerte tanto dolor supuso para sus familias y para nuestra Orden, constituye rico patrimonio para la Institución; actualizar su memoria de modo permanente mediante la declaración como Beatos del mayor número posible de ellos, supondría fuerte estímulo para Religiosos y Colaboradores.

Pedimos al Señor y a nuestro Santo Fundador les lleve a Ustedes -como Responsables de la Orden-, a un serio discernimiento institucional y a la mejor decisión sobre la propuesta arriba formulada deseando que ello contribuya “a mayor gloria de Dios y utilidad del prójimo”.