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Thursday, March 27, 2008

misa en sufragio por monseñor Rahho


Homilía de Benedicto XVI
17 de marzo de 2008
Arzobispo de Mosul de los Caldeos (Irak), muerto durante su secuestro

Venerados y queridos hermanos:

Hemos entrado en la Semana Santa llevando en el corazón el gran dolor de la trágica muerte del querido monseñor Paulos Faraj Rahho, arzobispo de Mosul de los Caldeos. He querido ofrecer esta Santa Misa en sufragio suyo, y os agradezco que hayáis acogido mi invitación a orar juntos por él. Siento cerca de nosotros, en este momento, al Patriarca de Babilonia de los Caldeos Emmanuel III Delly, y a los obispos de aquella amada Iglesia que en Irak sufre, cree y reza. A estos venerados hermanos en el episcopado, a sus sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles envío una especial palabra de saludo y de aliento en la difícil situación que están viviendo.

El contexto litúrgico en que nos encontramos es el más elocuente posible: son los días en los que reviviremos los últimos momentos de la vida terrena de Jesús: horas dramáticas, cargadas de amor y de temor, especialmente en el ánimo de los discípulos. Horas en las que se evidenció claramente el contraste entre la verdad y la mentira, la mansedumbre y rectitud de Cristo y la violencia y engaño de sus enemigos. Jesús experimentó la aproximación de la muerte violenta, notó que se estrechaba en torno a sí la trama de sus perseguidores. Experimentó la angustia y el temor, hasta la hora crucial de Getsemaní. Pero Él vivió todo esto inmerso en la comunión con el Padre y confortado por la «unción» del Espíritu Santo.

El Evangelio del día nos recuerda la cena de Betania, que con la mirada llena de fe del discípulo Juan revela significados profundos. El gesto de María, de ungir los pies de Jesús con el precioso ungüento, se convierte en un acto extremo de amor agradecido en vista de la sepultura del Maestro; y el perfume, que se difunde por toda la casa, es el símbolo de su caridad inmensa, de la belleza y bondad de su sacrificio, que llena la Iglesia. Pienso en el santo crisma que ungió la frente de monseñor Rahho en el momento de su bautismo y de su confirmación; que ungió sus manos el día de la ordenación sacerdotal, y después también la cabeza y las manos cuando fue consagrado obispo. Pero pienso también en las muchas «unciones» de afecto filial, de amistad espiritual, de devoción que sus fieles reservaban a su persona, y que le acompañaron en aquellas terribles horas del secuestro y de la dolorosa prisión -a la que llegó tal vez ya herido--, hasta la agonía y la muerte. Pero esas unciones, sacramentales y espirituales, eran prenda de resurrección, ¡prenda de la vida verdadera y plena que el Señor Jesús vino a darnos!

La lectura del profeta Isaías nos ha situado ante la figura del Siervo del Señor, en el primero de los cuatro «Cantos» en los que resalta la mansedumbre y la fortaleza de este misterioso enviado de Dios, que se ha realizado plenamente en Jesucristo. El Siervo es presentado como aquél que «traerá el derecho», «proclamará el derecho», «establecerá el derecho», con una insistencia sobre este término que no puede pasar inadvertida. El Señor lo llamó «para la justicia» y él llevará a cabo esta misión universal con la fuerza no violenta de la verdad. En la Pasión de Cristo vemos el cumplimiento de esta misión, cuando Él, frente a una condena injusta, dio testimonio de la verdad, permaneciendo fiel a la ley del amor. Sobre este mismo camino, monseñor Rahho tomó su cruz y siguió al Señor Jesús, y así contribuyó a llevar el derecho a su martirizado país y al mundo entero, dando testimonio de la verdad. Fue un hombre de paz y diálogo. Sé que tenía una particular predilección por los pobres y los discapacitados, para cuya asistencia física y psíquica había dado vida a una asociación especial denominada Alegría y Caridad («Farah wa Mahabba»), a la que había confiado la tarea de valorar a estas personas y sostener a sus familias, muchas de las cuales habían aprendido de él a no ocultar a estos parientes y a ver en ellos a Cristo. Que su ejemplo sostenga a todos los iraquíes de buena voluntad, cristianos y musulmanes, para construir una convivencia pacífica, fundada en la fraternidad humana y en el respeto recíproco.

Estos días, en profunda unidad con la comunidad caldea en Irak y en el extranjero, hemos llorado su muerte, y la inhumana forma en la que tuvo que concluir su vida terrena. Pero hoy, en esta Eucaristía que ofrecemos por su alma consagrada, queremos dar gracias a Dios por todo el bien que hizo en él y a través de él. Y deseamos al mismo tiempo esperar que, desde el Cielo, él interceda ante el Señor para obtener a los fieles de esa tierra tan probada el valor de seguir trabajando por un futuro mejor. Igual que el amado arzobispo Paulos se entregó sin reservas al servicio de su pueblo, que sus cristianos sepan perseverar en el compromiso de la construcción de una sociedad pacífica y solidaria en el camino del progreso y de la paz. Confiamos estos deseos a la intercesión de la Virgen Santísima, Madre del Verbo encarnado por la salvación de los hombres, y por ello Madre de la Esperanza.

© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]

ZS08031705
17-03-2008

Gentileza Rodolfo Robert

Friday, March 14, 2008

Declaración de la OEA sobre los acontecimientos recientes entre Ecuador y Colombia

Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río sobre los acontecimientos recientes entre Ecuador y Colombia
7 de Marzo del 2008

Las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política –Grupo de Río– reunidos en ocasión de la XX Reunión Cumbre en Santo Domingo, República Dominicana, atentos a la situación que prevalece entre Ecuador y Colombia, hemos convenido en emitir la siguiente Declaración:

1. Son motivo de profunda preocupación para toda la región los acontecimientos que tuvieron lugar el primero de marzo de 2008 cuando fuerzas militares y efectivos de la policía de Colombia incursionaron en territorio de Ecuador , en la provincia de Sucumbìos, sin consentimiento expreso del Gobierno de Ecuador para realizar un operativo en contra de miembros de un grupo irregular de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que se encontraba clandestinamente acampando en el sector fronterizo ecuatoriano.

2. Rechazamos esta violación a la integridad territorial de Ecuador, y por consiguiente reafirmamos el principio de que el territorio de un Estado es inviolable y no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera fuera el motivo, aún de manera temporal.

3. Tomamos nota, con satisfacción, de las plenas disculpas que el Presidente Álvaro Uribe ofreció al Gobierno y al pueblo de Ecuador, por la violación del territorio y la soberanía de esta hermana nación, el primero de marzo de 2008, por parte de la fuerza pública de Colombia.

4. Registramos también el compromiso del presidente Álvaro Uribe en nombre de su país de que estos hechos no se repetirán en el futuro bajo ninguna circunstancia, en cumplimiento de lo que disponen los artículos 19 y 21 de la Carta de la OEA.

5. Tomamos nota de la decisión del Presidente Rafael Correa de recibir la documentación ofrecida por el Presidente Álvaro Uribe y que habría llegado a poder del Gobierno de Colombia luego de los hechos del 1º de marzo, a fin de que las autoridades judiciales ecuatorianas investiguen eventuales violaciones a la ley nacional.

6. Recordamos también los principios, consagrados por el derecho internacional, de respeto a la soberanía, de abstención de la amenaza o el uso de la fuerza y de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, destacando que el articulo 19 de la Carta de la Organización de Estados Americanos prescribe que "Ningún Estado o Grupo de Estados tiene el derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos, y culturales que lo constituyen."

7. Reiteramos nuestro compromiso con la convivencia pacífica en la región, basada en los preceptos fundamentales del derecho internacional contenidos en las Cartas de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, así como en los objetivos esenciales del Grupo de Río, de manera destacada la solución pacífica de las controversias internacionales y su vocación para la preservación de la paz y la búsqueda conjunta de soluciones a los conflictos que afectan a la región.

8. Reiteramos nuestro firme compromiso de combatir las amenazas a la seguridad de todos sus Estados, provenientes de la acción de grupos irregulares o de organizaciones criminales, en particular de aquellas vinculadas a actividades del narcotráfico. Colombia considera a esas organizaciones criminales como terroristas.

9. Respaldamos la resolución aprobada por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el 5 de marzo de 2008. Asimismo, expresamos nuestro apoyo al Secretario General en el cumplimiento de las responsabilidades que le acaban de ser asignadas mediante dicha resolución para encabezar una Comisión que visitará ambos países recorriendo los lugares que las partes le indiquen y elevará un informe de sus observaciones a la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores y propondrá fórmulas de acercamiento entre ambas naciones.

10. Exhortamos a las partes involucradas a mantener abiertos canales respetuosos de comunicación y a buscar fórmulas de distensión.

11. Teniendo en cuenta la valiosa tradición del Grupo de Río, como un fundamental mecanismo para la promoción del entendimiento y la búsqueda de la paz en nuestra región, manifestamos el total apoyo a todo esfuerzo de acercamiento. En tal sentido, ofrecemos a los gobiernos de Colombia y Ecuador los buenos oficios del Grupo para contribuir a una solución satisfactoria, para lo cual la Troika del Grupo permanece atenta a los resultados de la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.

Santo Domingo, República Dominicana.
7 de marzo de 2008

Discuro XX Cumbre OEA - III.2008

DISCURSO DEL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DOMINICANA,
DOCTOR LEONEL FERNANDEZ,
EN LA XX CUMBRE
DE JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO DEL GRUPO DE RIO

Honorables Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río:

En nombre del Gobierno y del pueblo de la República Dominicana, les doy la más cordial bienvenida, y les agradezco sinceramente su presencia, una clara manifestación de compromiso con el rol que está cumpliendo el Grupo de Río en nuestra región y en la arena internacional.

Saludo con regocijo la celebración de esta XX Cumbre, un tipo de encuentro que nos brinda la extraordinaria oportunidad de consolidar las relaciones entre nuestros pueblos, fortalecer las acciones de cooperación y robustecer las posiciones de consenso.

Antes que nada, quiero expresar mi aspiración de que nuestras reflexiones tengan como base la necesidad de reforzar los valores democráticos y los principios de la cooperación, la solidaridad, la integración, el respeto a los Derechos Humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad.

Los invito a que, dentro de ese marco, dediquemos un momento a explorar cuantas posibilidades se ajusten al espíritu fundacional de este Grupo para tender puentes de diálogo y de conciliación entre dos de nuestros distinguidos miembros, ahora en conflicto: Ecuador y Colombia.

El antecedente histórico del Grupo de Río es el Grupo de Contadora, entonces formado por México, Colombia, Venezuela y Panamá, que medió con éxito en el Proceso de Paz de Centroamérica. El reforzamiento de ese grupo con el apoyo de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay, creó una lógica solidaria que condujo a la formación de nuestro Grupo.

Las deplorables circunstancias que han conducido a la crisis y las actuales tensiones entre Ecuador y Colombia deben comprometernos a mantenernos fieles a ese histórico legado, y hacer que el Grupo de Río sirva frente a Ecuador y Colombia a los elevados principios que nos obligan a hacer cuantos esfuerzos sean necesarios para mantener a nuestro Continente como una región de paz y solidaridad.

Las preocupaciones que todos hemos tenido ante los eventos del pasado primero de marzo deben ser transmutadas en acciones que procuren la reiteración de nuestras obligaciones con los principios fundamentales del Derecho Internacional contenidos en las Cartas de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos. Y que se orienten a la reducción de las tensiones, a evitar la extensión de la crisis a otras esferas y a propiciar la búsqueda de una solución propia a este conflicto.

Debemos ser capaces de dialogar con serenidad sobre nuestros problemas. En un momento u otro de la historia común de nuestra región, nuestras naciones han estado juntas, han actuado de común acuerdo como aliadas y como hermanas solidarias. Debemos encontrar, en medio del calor de la crisis, suficiente serenidad y sinceridad para conversar sobre ella y resolverla de manera que no se quiebre nuestra unidad.

Ese debe ser el espíritu dominante en nuestras deliberaciones.

El 3 de marzo del año recién pasado, recibimos de Su Excelencia Bharrat Jagdeo, Presidente de Guyana, la Secretaría Pro Témpore del Grupo de Río, y de inmediato asumimos el compromiso de trabajar proactivamente en el mandato que nos encomendaron.

Nos empeñamos en realizar todos los esfuerzos necesarios para consolidar al Grupo de Río como un interlocutor políticamente válido frente a otros países y frente a grupos de países.

Y lo hemos logrado.

El trabajo desarrollado en el transcurso de este año, así lo demuestra. Y a ese respecto, me permito mencionar las reuniones sostenidas con la Unión Europea, que dejaron bastante en claro la necesidad de que se siga reconociendo este espacio político por separado de cualquier otro espacio regional.

Ha sido una iniciativa fructífera la creación de Grupos de Trabajo para que los Coordinadores Nacionales cuenten con vías concretas para proponer soluciones técnicas a los problemas de nuestros Estados en temas fundamentales y prioritarios.

Lo que hará posible contar con propuestas que nos permitan a los Jefes de Estado y de Gobierno visualizar posibilidades políticas, y, en la medida de lo posible, articular posiciones de consenso y fortalecer las vías para la cooperación y para el desarrollo.

Quiero destacar, también, como iniciativa valiosa, la idea de sistematizar toda la información del Grupo, mediante la creación de la página Web y el Foro Virtual, que en el día de hoy entregaremos a la próxima Secretaría Pro Témpore, como contribución de la República Dominicana a los métodos de trabajo de nuestro Grupo.

No estaría completa nuestra rendición de cuentas si no hacemos constar que en las reuniones con la Unión Europea, China, el Consejo de Cooperación del Golfo, Canadá y Corea, que celebramos en septiembre pasado, en el marco de la 62 Asamblea General de las Naciones Unidas, nuestra amplia representación nos sirvió para ofrecer una imagen fuerte y consolidada.

Fueron encuentros trascendentes, en los que compartimos opiniones y reflexiones para la convivencia solidaria, la cooperación y la negociación sobre cuestiones relevantes para nuestras naciones.

Como responsables de la Secretaría Pro Témpore, nos mantuvimos atentos a sus solicitudes y a sus recomendaciones, con la preocupación particular de mantener fluidas las vías necesarias para el contacto permanente entre los miembros de nuestro Grupo.

Para escoger los temas de trabajo de esta Cumbre -- Energía, Desastres Naturales y Desarrollo – nos guiamos por el propósito de que respondieran a las preocupaciones del Grupo, pues siempre asumimos como una necesidad que fueran de interés para todos.

Permítanme ahora referirme de forma específica a los temas de esta Cumbre.

En lo que respecta a la Energía, es urgente que analicemos la situación del petróleo en todas las preocupantes vertientes que ahora la perfilan: la indetenible escalada alcista de sus precios, los problemas que afectan su producción, la insuficiente inversión en la construcción de refinerías y el componente financiero especulativo.

La situación es tan alarmante, que ninguno de nuestros países puede pasarla por alto.

Los aumentos del petróleo inciden perniciosamente en nuestras economías, hasta el punto de que puede colarnos el peligroso gusano de la inflación, limitar nuestras políticas sociales y afectar severamente nuestra competitividad.

Tomemos el ejemplo de nuestro país.

Cuando iniciamos nuestro mandato en el año 2004, la República Dominicana pagó mil 667 millones de dólares a cuenta de las importaciones de petróleo y sus derivados. Tres años después, en el 2007, nuestra factura petrolera casi se duplicó, llegando a 3 mil 178 millones de dólares.

También deberíamos reflexionar sobre la necesidad de explorar fuentes alternas de producción de energía, como un mecanismo para abaratar los costos y hacer una contribución sustantiva al desarrollo sostenible.

Es necesario que incentivemos los proyectos de inversión en biocombustibles, tales como etanol y el biodiesel, y los que tiendan a aprovechar la energía solar y la energía eólica. Y debemos privilegiar la construcción de mini hidroeléctricas, la generación eléctrica a partir de la biomasa y el uso del gas natural como combustible vehicular.

Debemos buscar alternativas a los combustibles fósiles, y vincular esas opciones a la producción de energía limpia y renovable.

Tenemos el desafío de hacer frente a las necesidades de seguridad energética y al incremento de la demanda. El Banco Mundial nos está alertando sobre esto, pero sobre todo la realidad de nuestros pueblos nos lo ratifica cada día.

Debemos generar las alianzas necesarias y ampliar las opciones energéticas, desarrollando la capacidad de explotación de fuentes renovables, promoviendo el uso racional de la energía y trabajando en la creación y consolidación de la confianza entre los países.

Poniendo los esfuerzos donde están nuestras preocupaciones, celebramos en enero la Primera Semana Internacional de la Energía, que contó con la participación de expertos, representantes de organismos gubernamentales e internacionales, instituciones académicas, y organizaciones no gubernamentales de países de todos los continentes.

Uno tras otro, esos expertos y esos representantes nos dijeron que el mundo vive un momento de particular emergencia ante la crisis energética, caracterizada por el uso intensivo de hidrocarburos y el consecuente calentamiento global y el cambio climático.

En ese sentido, reconocieron que la tecnología moderna ofrece alternativas viables de generación limpia, sustentadas en el uso de fuentes renovables, y significaron que la energía nuclear continúa representando una opción factible para los países en desarrollo.

En definitiva, ratificaron que tenemos encima una situación energética complicada, que nos obliga a buscar soluciones alternativas y a establecer cada vez más canales de comunicación y cooperación Sur-Sur y Sur-Norte.

En el marco de ese evento, nuestro país firmó tres importantes acuerdos de Cooperación Interinstitucional.

Uno, con la Comisión Nacional de Energía del Reino de España, para la promoción del desarrollo energético sostenible, la eficiencia energética y energía renovable.

Otro, con el Centro Latinoamericano para la Pequeña Hidroeléctrica (CELAPEP), de la República de Colombia, para la Promoción y el Desarrollo de la Pequeña Central Hidroeléctrica.

Y un Acuerdo Marco de Cooperación para el Desarrollo de Aplicaciones Técnicas Nucleares, con la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, del Ministerio de Ciencia y Tecnología y Medio Ambiente, de la República de Cuba.

En mi última visita al Brasil, firmamos un Convenio de Colaboración con la firma GN Technology Group, con el fin de capacitar técnicos especializados en el uso, manejo e instalación de equipos de gas natural en los vehículos y las industrias.

Y ya estamos en la fase de desarrollo de un proyecto para la implementación de esta tecnología.

Quiero destacar, además, el Acuerdo de Petrocaribe, con la República Bolivariana de Venezuela, cuyos beneficios nos han permitido en gran medida sostener el subsidio eléctrico, que se traduce en una disminución de los apagones en nuestro país.

Con relación al tema de los Desastres de Origen Natural, quiero compartir con ustedes algunas consideraciones fundamentales para la búsqueda de soluciones.

Por una parte, debemos destacar la tristeza y la terrible secuela de la profundización de la pobreza que algunos desastrosos fenómenos naturales dejan a su paso en nuestras poblaciones.

Esas eventualidades convierten a comunidades pobres en comunidades indigentes, y comunidades no pobres son sumidas en la pobreza, como consecuencia de la pérdida total de sus propiedades materiales y sus fuentes productivas.

No hay ningún consuelo en saber que se ha identificado el cambio climático como el responsable de la ocurrencia de estos fenómenos, y que, como tal, es considerado una de las mayores amenazas mundiales a la supervivencia de los seres humanos sobre la tierra.

La gravedad de esta situación debe motivar a nuestras naciones a asumir responsablemente el problema y llevarlas a adoptar las políticas y las acciones necesarias para superarlo.

Es necesario que rescatemos los principios de la Declaración de Río, sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, y no olvidar que los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas al desarrollo, y tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.

Nuestros Estados tienen el derecho soberano a aprovechar sus propios recursos, pero ese aprovechamiento debe ser ejercido junto con la responsabilidad de velar porque las actividades realizadas no dañen el medioambiente.

La República Dominicana hace sólo unos meses fue conmovida por dos fenómenos – las tormentas tropicales Noel y Olga -- que nos sumieron, inesperadamente, en una situación de desastre verdaderamente calamitosa.

Fuimos testigos del nivel de angustia, ansiedad y desconsuelo por el que atraviesa una persona víctima de esta situación. Es desgarrador. Hay pérdidas de vidas. Hay familias a la intemperie. Hay orfandad. Las víctimas se quedan sin ningún tipo de recurso, a merced de la ayuda humanitaria. Y las comunidades son unidas en el dolor, el llanto y la tristeza.

Nuestras naciones tienen la obligación de hacer todo cuanto sea posible por reducir la magnitud de esos eventos catastróficos.

Tenemos que ocuparnos de consolidar los sistemas de prevención, atención y mitigación de desastres, articulando esfuerzos y desarrollando mecanismos de cooperación que fortalezcan nuestras instituciones para el trabajo de prevención, y que permitan una respuesta oportuna y solidaria.

Propongo que reafirmemos el principio de que los Estados deben cooperar con un gran espíritu de solidaridad para la conservación, protección y restablecimiento de nuestro medioambiente, que nos permita alcanzar un mayor desarrollo sostenible y una mayor calidad de vida para todas las personas.

Cuando hablamos de desarrollo, hablamos de bienestar, de la posibilidad de que cada ciudadano y cada ciudadana puedan tener salud, educación, empleo digno y la tranquilidad que provee un Estado que funciona.

Tenemos el compromiso de reflexionar sobre todos los temas del desarrollo en un enfoque que nos permita considerar los asuntos relativos a la macro-economía, y, con estos, analizar la sostenibilidad de la deuda, la financiación al desarrollo y la eficacia de la ayuda internacional.

Trabajar para el desarrollo implica considerar la asistencia al comercio, promover la competitividad de las empresas, el aumento de las inversiones. Pero tenemos que verlo en una perspectiva holística, que tome en cuenta la adopción de políticas sociales para superar la pobreza y la inequidad.

Y para lograr todo esto es necesario consolidar las instituciones, establecer sistemas funcionales y sobre todo construir el progreso sobre la base del respeto a las libertades individuales y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos.

No puedo finalizar estas palabras sin hacer mención a la Declaración de Santo Domingo, documento que se convertirá en el referente de esta Cumbre.

Como país y como Presidente, sustentamos en toda su extensión los asuntos abordados en esa Declaración.

Y reiteramos que debemos seguir trabajando para democratizar las relaciones internacionales, fortalecer el multilateralismo, profundizar las reformas en el seno de las Naciones Unidas, el combate al tráfico de drogas, el combate al terrorismo, y la implementación de medidas que permitan que toda la población se beneficie de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Permítanme una reflexión adicional.

Presentar los problemas que aquejan a nuestros países, no puede llevarnos jamás a la desesperanza.

Analizar y reflexionar sobre los problemas debe fortalecernos, debe colocarnos en la vía para la búsqueda de soluciones, y debe comprometernos con el trabajo tesonero.

Un gran artista argentino hace unos años escribió una canción muy hermosa, de la que quiero hacer mención. Dice Fito Páez: “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón… no será tan fácil… uniré las puntas en un mismo lazo… Y hablo de países y de esperanzas. Y hablo por la vida… Y hablo de cambiar nuestra casa… ¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Señores Jefes de Estado y de Gobierno: ofrezcamos aquí nuestros corazones, nuestra devoción, nuestra vocación de patria, nuestro compromiso en la conducción de nuestras naciones hacia un ambiente de paz y de seguridad.

Les reitero la bienvenida. Y dejo formalmente abiertos los trabajos de esta XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno.

Muchas gracias

Experiencia Campo-Misión Laical, León de Nicaragua

Julio-Agosto 2006

En reunión celebrada en Valencia entre el Viceprovincial de Centroamérica, P. Rodolfo Robert y la Congregación Provincial de Valencia, en octubre de 2005; el P. Rodolfo presentó el Proyecto de Voluntariado para la Viceprovincia, insistiendo en la posibilidad de dos campos-misión: en La Romana, República Dominicana y en León, Nicaragua.

Teniendo la experiencia en La Romana bastantes años de llevarse a cabo, nos toca ahora iniciar de manera organizada la experiencia en León, la cual se espera con ilusión por parte de la Viceprovincia. A continuación enunciamos las generalidades y posibilidades de alcance para dicha experiencia.

A) Generalidades

1.
Se trata de una experiencia de corta duración entre el 6 de julio y el 13 de agosto

2.
Coordinada por los P.P. Léster Sánchez (Rector de la Comunidad) y Numa Alvarado (Director del Centro Cultural Calasancio)

3.
Participan cuatro voluntarios de Valencia, España. Tres laicos y un religioso sacerdote.

- Profesora de infantil en el Calasanz.
- Profesora de educación especial con niños down.
- Estudiante avanzado de Administración
- P. Manel Camp, Sch.P.

4.
Residirán en la Comunidad de los P.P. Escolapios en León

5.
Destinatarios:

* Niños y preadolescentes del Centro Cultural Calasancio (7 – 14 años)
* Niños y adolescentes del Colegio Calasanz (6 – 16 años)
* Adultos voluntarios universitarios
* Adultos docentes del Colegio Calasanz
* Adultos padres de familia del Colegio Calasanz y el Centro Cultural Calasanz

6.
Horario:

Diurno y vespertino
con ocasionales charlas formativas nocturnas y dos noches de campamentos

B) Propuesta de Trabajo

(Sujeta a observaciones y cambios por parte de los voluntarios de Valencia)

Esta propuesta de trabajo fue definida en sesiones de trabajo de los P.P. Léster Sánchez (Rector de la Comunidad Escolapia de León); Numa Alvarado (Director del Centro Cultural Calasanz) y Rodolfo Robert (Viceprovincial)

B-I)
Inducción socio-cultural y recreación inicial para Voluntarios (7 - 9 de julio)

B-II)
Actividades Formativas (Del 10 de julio en adelante)

* Formación y taller de Monitores
dirigido a los jóvenes de la Comunidad Calasancia y voluntarios del Centro Cultural Calasanz (16-25 años)

* Manejo de grupos

* Realización de dinámicas

* Estrategias de catequesis

* Cuatro Encuentros formativos
con los profesores del Colegio Calasanz de León (14 de julio, 28 de julio, 4 de agosto y 11 de agosto). Espacio de 45 minutos cada día.

* Atención diversidad
Niños con necesidades especiales (Claustro dividido en Pre-Primaria y Primaria – Secundaria)

* Pautas para una atención personalizada en el aula

* Un colegio en clave de solidaridad (P. Manel Camp)

* Evaluación psico-pedagógica de niños preseleccionados del Centro Cultural Calasanz

* Trabajo directo de apoyo escolar en el aula

* Trabajo en actividades lúdicas de 4:00 pm – 6:00 pm con niños del Centro Cultural Calasancio

* Campamento para preadolescentes (Instalaciones del Colegio Calasanz de Managua) 22-23 de julio

* Campamento para adolescentes (Instalaciones del Colegio Calasanz de Managua) 29-30 de julio

* Charlas formativas a los padres de familia del Centro Cultural Calasanz

* Liga interna a nivel deportivo dirigida a estudiantes del Colegio Calasanz

Los voluntarios tendrán los necesarios días de descanso y recreación

Thursday, March 13, 2008

¨AD EA PER QUAE¨

6 de marzo de 1617
PAULO V
PARA PERPETUO RECUERDO

VER

Nuestra mirada solícita y meditativa se dirige hacia el campo de la temprana forma¬ción de los fieles cristianos en la fe y costumbres. Si justos motivos así nos lo aconse¬jan, cambiamos lo que haya podido hacerse en ese sector y, en particular, ejercemos gozosos nuestro ministerio a favor del desarrollo cada vez más intenso de la instrucción y educación de los pobres: obra de misericordia, digna de todo enco¬mio, que redunda en alabanza de Dios. Y ello, en la medida en que comprende¬mos que es conveniente y provechoso en el Señor, sopesada la naturaleza de las personas y de las circunstancias.

  1. A este propósito, cuando supimos que producía copiosos frutos la obra de las Es¬cuelas Pías, por Nos erigidas en nuestra Ciudad para la instrucción y educación de los pobres, deseando velar por el feliz desenvolvimiento de semejante em¬presa, encargamos y encomendamos el cuidado, gobierno y administración de di¬chas Escuelas Pías —de las ya fundadas en Roma y de las que se fundarán en el porvenir— a nuestros amados hijos el Prepósito General y los Clérigos Seculares de la Congregación de Santa María, según las estipulaciones, claras y concretas, que entonces se acordaron entre éstos y nuestro amado hijo el Prefecto de las mencionadas Escuelas; asimismo mandamos otros puntos que se contienen con más detalle en nuestra carta anterior del 4 de enero de 1614, dada también en forma de Breve, y cuyo tenor queremos se halle recogido en el presente docu¬mento con palabras suficientemente explícitas y como si estuvieran transcritas al pie de la letra.
    Nota punto 1 «Sobre la obra de las Escuelas Pías de Roma diga cada uno lo que quiera, pues si no gustaran no serían requeridas diariamente por muchas ciudades y países principales, y a menudo llegan obispos pidiéndolas para sus diócesis» EP 1928 (305).
    «No hay religión más pobre que la nuestra y que se ocupe más en servicio y beneficio de los pobres» EP 2304.
    «Y siendo así que Dios bendito ha llamado a V. P. Rma. para cabeza de la Congregación de la Madre de Dios, que debe fundar en su Iglesia el nuevo Instituto de las Escuelas Pías, sumamente necesario en ella, quisiera que tuviera un corazón muy amplio, a imitación de los antiguos fundadores de nuevos institutos, que en sus principios hicieron con pocos hombres cosas grandes en su servicio, confiados más en la ayuda del cielo que en los consejos humanos» EP 8 (3). Cf. EP 7b, M 94 (678), EP 1319, 2238 (344), 2441 (378), 4465 (683).
    AEPQ 1, 2, 3. EIN 5, CC 198.

  2. Pero, según hemos oído, los referidos Clérigos Seculares no quieren renunciar a la posesión de bienes estables por no verse impedidos de dedicarse a los otros mi¬nisterios y servicios que les señalan los estatutos de su Congregación confirma¬dos por la autoridad apostólica, y prefieren trabajar en esos cometidos antes que desempeñarse en las Escuelas Pías. Por eso Nos, en la medida de nues¬tras posibilidades ante el Señor, deseamos proveer para que no sufra menos¬cabo alguno obra tan piadosa y provechosa, especialmente para la instruc¬ción y educación de los niños pobres; y en consecuencia, de propia iniciativa, con pleno conocimiento de causa y tras madura deliberación, en uso de nuestra autori¬dad apostólica y por las presentes, revocamos, casamos y anulamos nues¬tra carta anteriormente citada y todos y cada uno de los puntos en ella conteni¬dos, y decretamos y declaramos que permanece y permanecerá revocada, ca¬sada y anulada, desprovista de toda fuerza y de todo peso.

  3. Además, sin perjuicio de nadie, de nuevo erigimos y establecemos en la casa ro¬mana de dichas Escuelas una sola Congregación de las Escuelas Pías, dirigida o go¬bernada por un solo Prefecto y llamada en adelante Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías; no se extenderá más de veinte millas fuera de Roma; no tendrá fundación sin escuelas, excepto las casas de noviciado; cuantos en ella ingresen —hayan recibido las Ordenes, aun el sacer¬docio, sean sólo Clérigos o Herma¬nos—, al terminar los dos años de novi¬ciado emitirán los tres votos simples de po¬breza, castidad y obediencia, y sólo el Romano Pontífice podrá conceder la dis¬pensa de esos votos; y trabajarán, se esfor¬zarán y se comprometerán en ense¬ñar a los niños los primeros rudimentos, la gramática, el cálculo y, sobre todo, los principios de la fe católica, en imbuirlos en las buenas y santas costumbres y en educarlos cristianamente: gratis, sin sueldo, sin paga, sin salario ni honora¬rios. Aunque el voto de pobreza que emiten es simple, según se ha dicho, serán in¬capaces de todo dominio, derecho y propie¬dad mientras permanezcan en la Con¬gregación; y el voto los llevará a suma pobreza, personal y comunitaria: de modo que no tendrán absolutamente ningún derecho, ni podrán tenerlo o adqui¬rirlo bajo ningún concepto, sobre los bienes o para los bienes llamados inmuebles o considerados como tales. Y decretamos y de¬claramos que todo lo que usen —co¬mida, ropa, ajuar sagrado y profano—será conforme con su estado y ministe¬rio; y la casa, la huerta contigua, la iglesia, sa¬cristía, oratorio, escuelas y otros bie¬nes inmuebles destinados igualmente a su uso, estarán también en conformi¬dad con su pobreza y, además, bajo el dominio del Romano Pontífice; los bienes muebles, bajo el de los religiosos pero en co¬mún.

    A nuestro amado hijo José de Calasanz, actual Prefecto de las Escuelas, encarga¬mos y encomendamos, según nuestro beneplácito, la prefectura, cuidado, go¬bierno y administración de las Escuelas Pías —las de Roma, las que se hallan a me¬nos de veinte millas de esta ciudad, las que se fundarán en el futuro- y de su Congregación. Por las presentes, José de Calasanz y la Congregación pueden to¬mar inmediata posesión, efectiva, real y actual, de los bienes de estas Escuelas y, en el momento de su creación, de las venideras, y poseerlos en beneficio de las mismas.

    Asimismo concedemos y permitimos a doce clérigos de dicha Congregación que hayan emitido el voto de pobreza como se ha dicho, que puedan recibir todas las órdenes, incluso las mayores y el sacerdocio, del obispo que prefieran, católico y en gracia y comunión con la Sede Apostólica, a título de pobreza y previo el voto del Protector de las Escuelas ante Nos y esta Santa Sede, sea el actual, sean sus sucesores; después de la ordenación podrán ejercer el ministerio del altar, con tal que sean hallados dignos y no tengan impedimento canónico. Si llegan a salir o son despedidos de la Congregación, permanecerán suspensos del ejercicio de las Ordenes hasta que posean ingresos suficientes para vivir.
    Nota al punto 3 «La Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías erigida de proprio motu de la Santidad de nostro Sig. Papa Paolo V° con los tres votos de obediencia, pobreza y castidad tiene por su istituto la pia education y diligente eruditión de los niños enseriándoles per sola charidad con orden y division de classes leer, scrivir, contar y toda la lengua lattina y en particular la dottrina cristiana y sto. temor del Señor, para lo qual tienen sus Congregationes o Oratorios los dias de fiesta con frequenza de sacramentos y los accompañan de mañana y alla tarde desde las scuelas a sus casas a fin que no se des¬vien ni den disgusto por las calles a nadie.

    La dicha Congregation professa summa pobreza tanto en comun como en particular no podiendo posse¬her en manera alguna bienes stables o sitios mas de la casa, la Iglesia y un huerto con tiguo correspon¬dientes todas estas cosas a la suma pobreza y de los dichos bienes sitios no pueden tener el dominio mas solamente el uso...

    Los bienes muebles que pueden tener son solamente los necessarios conforme alla suma pobreza tanto en las cosas de la Iglesia en la qual no usan ornamentos de oro ni de plata ni de seda, como en las cosas de casa» EP 7c.

    Cf. comentario a las CC, n.° 5, 95, 31, 173, 203.

  4. Además, con la misma autoridad y por el mismo tenor, concedemos y permitimos a José de Calasanz y a la Congregación que puedan publicar y promulgar toda clase de estatutos, leyes, ordenamientos y decretos, necesarios y convenientes, con tal que sean lícitos, recomendables, conformes con los sagrados cánones, con los decretos del Concilio Tridentino y con las Constituciones Apostólicas, y aprobados y confirmados por la Santa Sede; igualmente concedemos y permiti¬mos que puedan, libre y lícitamente, cambiarlos, modificarlos, corregirlos y mejo¬rarlos según las circunstancias del momento, si en su opinión es conve¬niente y siempre con la previa aprobación y confirmación de la Sede Apostólica. En ambos casos, buscarán el buen gobierno de la Congregación y de sus casas y escuelas y contarán con el consentimiento del actual Cardenal Protector, Benito Giustiniani, Obispo de Palestrina, y de sus sucesores.

  5. Decretamos que el presente Breve y su contenido íntegro sea y permanezca siem¬pre y perpetuamente válido, firme y eficaz, que surta y obtenga efecto pleno y cabal, y que favorezca cumplidamente, en todo y por todo, al Prefecto y a sus re¬ligiosos.

  6. En conformidad con este Breve deberán juzgar y sentenciar los jueces ordinarios y delegados, incluso los auditores de las causas del Palacio Apostólico; y por el contrario, será inválida y nula toda acción atentatoria interpuesta por cualquier per¬sona o autoridad, con conocimiento de causa o por ignorancia.

  7. No obsta nuestra carta anteriormente citada, ni Constitución, Ordenación Apostó¬lica o disposición alguna en contrario.


Roma, en Santa María la Mayor, bajo el anillo del Pescador, a 6 de marzo de 1617, año duodécimo de nuestro pontificado.