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Thursday, March 29, 2012

Fiesta de la Anunciación.. Homilía P. F. Montesinos

Comunidades Escolapias en Valencia
La Malvarrosa, 26 de marzo de 2012
Homilía P. Francisco Montesinos, Provinvial

No todos los días recibimos buenas noticias. El ruido del mundo nos aísla de nosotros mismos y de los que nos rodean. Y así, el sufrimiento y la soledad de los otros no nos conmueven. No queremos que nadie sufra, deseamos que los pobres sean alimentados y los enfermos curados, los que viven la soledad, acompañados y los tristes, consolados. Pero no es una buena noticia para ellos… ni para nosotros. Ellos siguen inmersos en la pobreza, la miseria o la soledad. Nosotros, inmersos en el interior de esas burbujas que consuelan nuestra conciencia con palabras de un momento o conmociones que no van más allá de la sacudida espasmódica.

La fiesta que celebramos hoy es una buena noticia por muchas cosas. Primero porque es un acontecimiento que nos saca del mundo y nos introduce en la intimidad del encuentro personal de Dios con cada uno de nosotros. Al profundo de nuestro ser y de nuestra historia, allá donde Dios puede llegar y tocarnos. El anuncio del nacimiento de Jesús llama a la puerta de María, la “Llena de Gracia” y espera respuesta. En aquel momento la respuesta de María. Hoy, la respuesta de cada uno de nosotros.

María se turba ante las palabras del ángel. ¿Qué le dice para provocar eso? Algo tan simple pero tan grandioso como que “el Señor está con ella”. Nosotros seguro que hemos dicho o recibido palabras similares, y ¿nos hemos turbado? ¿Se ha conmovido nuestro ser? ¿No deberían ser palabras que revitalizaran nuestras vidas, que cambiaran direcciones equivocadas o convirtieran nuestro corazón duro e insensible? ¿Acaso no hemos tenido ocasiones en estos últimos meses para experimentar esa dureza y esa necesidad de cambiar? Y quizá seguimos igual a pesar de palabras tan hermosas como las de oír que “El Señor está con nosotros”.

¿No le ocurrió algo parecido a Calasanz en su larga vida? Hoy nosotros, los hijos de Calasanz, los que estamos aquí y los que viven en la Provincia nuestra volvemos a recibir las palabras del ángel. Lo que ocurrió aquel 25 de marzo de 1617, nacía de la mano del Señor, como consecuencia de todo un proceso que condujo a aquellas 15 personas a iniciar juntos en aquel lugar íntimo de la capilla del card. Justiniani una historia nueva y llena de vida. En silencio e intimidad, a la escucha de la Palabra de Dios y fiados en su providencia. Como María. Allí estaban, y digo aunque nos pueda sonar mal, “los esclavos del Señor”, los que después de tantos intentos sin éxitos, se aventuran a iniciar solos la misión a la que habían sido llamados.

A nuestra realidad provincial escolapia, debería gustarle escuchar esas palabras que provocaron el “Heme aquí” de María, porque son las palabras que reaniman nuestros pesimismos o lamentaciones.

Alegrémonos porque el Señor no nos ha abandonado, ni se ha olvidado de nosotros, ni nos está dejando morir a causa de los años, el número o la poca respuesta a nuestras propuestas vocacionales. Alegrémonos porque el Señor nos dice que va a vivir entre nosotros, que viendo nuestra debilidad y pobreza, envía a su Hijo para que haciéndose como nosotros, nos ayude a salir de todo lo que nos hace ver el futuro con incertidumbre. Alegrémonos porque el Señor nos da, con su anuncio, una forma de ver mejor nuestra realidad, y nos hace ver nuestra fidelidad y perseverancia; el esfuerzo por vivir en fraternidad; nuestra ilusión en el trabajo pastoral de cada día; nuestra cercanía con los niños y jóvenes que necesitan de una palabra amable; de tantas cosas que nos reafirman en nuestro ser escolapio.

El Señor está con nosotros. Las palabras a María, son palabras a cada uno de nosotros, sus hijos. El hecho de que Él, está con nosotros, nos sostiene en vida, nos vuelve animosos, nos da confianza para continuar existiendo. Si nosotros existimos, es porque Él está con nosotros. Por eso el temor no puede con nuestra debilidad humana y nos conduce al “Heme aquí” de nuestra vocación, repetido tantas veces en la vida de cada uno de nosotros.

¿Qué podemos decir que celebramos nosotros, en esta noche y en este lugar? A mí me gustaría que cada uno de nosotros pudiera decirlo. Porque seguro que en el corazón de cada uno, hay algo que celebrar. Yo diría que,

Nuestra celebración es el reconocimiento del amor que Dios tiene a cada uno de nosotros, que al igual que Él se hizo para-los-demás, a nosotros se nos dice que hemos sido hechos-para-los demás también. Pobres con los pobres, con el corazón compartido con aquel que lo necesita.

Nuestra celebración es el reconocimiento de que nada queda fuera de Dios, que todo lo que hemos vivido es historia de Dios, historia de salvación para nosotros. Quizá no lo entendamos, tampoco lo entendía Israel en el desierto, y al final se encontró dentro de la tierra prometida.

Nuestra celebración nos recuerda que puestos a elegir, hubo uno, que eligió ser pobre, ser débil, ser amable, ser… tantas cosas que lo empequeñecieron, pero que gracias a su pequeñez otros pudieron salir de la suya. Y como Él eligió, nos llama a elegir de forma parecida.

Nuestra celebración es un reconocimiento de que vale la pena dejarse llevar por Dios, como María. Especialmente cuando nos sentimos débiles y desanimados, y recibir la fuerza que nos vuelve a renacer.

En fin, celebrar que el Señor ha visto nuestra realidad y nos envía a su Hijo, es la buena noticia que también nos anima a proclamarla. En primer lugar a nosotros mismos, para que nuestra fraternidad sea gozosa, que nuestra vida comunitaria sea creativa y basada en la caridad, nuestra misión esté impregnada de alegría. Y luego, a los demás, porque nuestro mundo necesita de personas cercanas y comprometidas; porque la crisis económica que nos rodea nos debe afectar y nos debe hacer recapacitar con nuestra forma de vivir; porque los demás nos ven y hoy necesitamos mostrarnos como somos, como Calasanz aquel lejano día en que decidió dar ese paso adelante y embarcarse en esa misión gozosa como fue la Escuela Pía.

Que el Señor abra nuestro corazón y nos haga más fraternos y más dispuestos a lo que Él nos pide.

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Tuesday, February 28, 2012

Funeral P. Federico Moliner, Homilíaa

Francisco Montesinos, Provincial
Valencia, 11 de febrero de 2012

Estimados hermanos escolapios, religiosos y laicos. Apreciado D. Joaquín, sobrinos y familia a la que tanta consideración y recuerdo tenía el P. Federico. Todos sabíamos que su familia, vosotros, ocupaba un espacio muy grande en su corazón. A vosotros en especial, quiero expresaros en nombre de todos los hermanos escolapios, la cercanía de estos escolapios, muchos de los cuales, vivimos largas temporadas con él.

Nuestra Eucaristía es, como no podía ser de otra manera, acción de gracias. Porque la vida del hombre no es obra de sus fuerzas o su ciencia, sino de Dios, Padre de cada uno de nosotros. Y poder gozar de ese don que es la vida, es motivo suficiente para dar gracias al padre de la vida, nuestro Dios. Gracias Señor, por la larga vida de Federico, en su salud y en su enfermedad. Hoy, ante ti Señor, y ante nosotros sus hermanos, sólo caben palabras de bendición y agradecimiento. Las debilidades y los pecados que todos llevamos encima durante nuestra vida, han sido recogidos por ti y sometidos al juicio del amor. Hoy, Señor, sabemos que está ante tu presencia bendiciendo el don de la vida e intercediendo por estos hermanos que nos hemos congregado en esta mañana en este templo que tantas veces le vio celebrar la acción de gracias de la Eucaristía.

Las dos lecturas que hemos proclamado, que son Palabra de Dios, han sido especialmente significativas para nuestro hermano y nos recuerdan cosas importantes para todos nosotros, los que creemos en el Señor. Dice Isaías que el Señor ha preparado un banquete para aquellos “que esperan su salvación”. Vivir confiados en el Señor. Nuestro hermano Federico fue un hombre de oración, que como el autor del texto supo decir «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara». Mientras mantuvo la conciencia así lo dio a entender, sin grandes manifestaciones ni alharacas, reservado también aquí.

El Señor prepara un banquete para cada uno de nosotros y nos invita a entrar en él. ¡Cuántas veces hemos escuchado textos del evangelio que nos hablan de banquetes! Y también de invitados que no entraron o no quisieron ponerse el traje de gala para poder asistir al mismo. Mucho desprecio o ignorancia a participar en algo tan hermoso como un banquete. Pero los hombres somos así. Hoy alabamos al hombre que sabe ponerse el buen traje, el interior, el que protege la sensibilidad del corazón, el que arropa las buenas acciones, el que da calor a nuestra vida. Ese traje tiene que ser “de gala”, de buena calidad. Porque el que así viste su vida, será aceptado en el banquete, un “festín de manjares suculentos”. Los que llegan al banquete esperan en Dios para la salvación

Este evangelio que hemos proclamado conmueve el corazón de cualquier creyente que escucha la Palabra de Dios y que es diligente en su cumplimiento durante el transcurso de la vida. Ser llamado “bendito del Padre” es la mayor recompensa que puede cada uno de nosotros recibir. Que el Padre hable bien de nosotros, también es una invitación a hablar bien entre nosotros.

Jesús, momentos antes de iniciar su etapa final, antes de su pasión redentora, reúne a sus discípulos y les dice estas palabras que acabamos de escuchar. Son las palabras que van concluyendo toda su vida pública. Son las palabras que recogen todo lo que sus seguidores han oído y vivido, y ahora, a modo de evaluación, van a ser las pruebas que conduzcan a ese apto que les introducirá en el banquete del Padre. Y va a ser Él, Jesús, el que los acompañó a través de tantos pueblos, recorriendo caminos y veredas, el que les va a decir “las preguntas de esta evaluación al final del camino”. Jesús, el buen pastor que conoce a sus ovejas va a señalar a las que han escuchado su voz y vivido según lo aprendido, y también a las que han vivido de espaldas al amor olvidándose del mandamiento principal de Jesús: que os améis tanto como yo os he amado.

Y releyendo estas palabras recuerdo al P. Federico “enseñando al que no sabe”. El buen maestro que gozaba y bien enseñaba la literatura. El buen catequista que se ganaba la atención de sus alumnos con aquellas representaciones de parábolas en la clase que cautivaban a los más pequeños. No es fácil “enseñar”, ni ahora ni hace unos años. Y más difícil es enseñar transmitiendo vida, con el corazón. Fue un buen maestro escolapio. Alguno de los que nos acompañáis esta mañana sois buenos testigos de ello.

Pero el P. Federico cultivó una faceta menos conocida y que me vais a permitir desvelar. Es la que tiene tanta relación con el evangelio que hemos proclamado. Es la del creyente sensible a las necesidades de los más débiles. Aquí en nuestro barrio, en Villa Teresita, en Amaltea, dedicó mientras tuvo fuerzas, horas y empeños por enseñar a hombres y mujeres que necesitaban del idioma, y además del idioma, seguro, del calor de la cercanía cuando se encontraban en unos ambientes desconocidos y, muchas veces, hostiles.

Y los ancianos y los enfermos. Los que hemos vivido con él conocemos las celebres caminatas los sábados a la casa de nuestras hermanas escolapias de Alacuás. La atención sacramental, la charla informal, la cercanía fraterna y sacerdotal cuando alguna hermana pasaba a la casa del Padre. Tantas y tantas horas durante tantos años.

Y las visitas a los enfermos, del barrio, de familiares de sus alumnos, de conocidos de la Parroquia. Su presencia y su cercanía han sido, seguro, buenos avales para la entrada en el banquete del Señor. EL Señor que mide los corazones de los hombres, habrá sido generoso con él.

Sólo nos queda dar gracias por el hermano que nos ha dejado. Y pedirle al Señor que le permita ser intercesor nuestro, junto a Calasanz y tantos hermanos escolapios que ya gozan de la gloria del Padre. Que vele por esta E0scuela Pía que continua escuchando las palabras de este evangelio y siente la necesidad de la ayuda del Padre para poder cumplirlas en esta parcela de la iglesia que es la Escuela Pía. Que vele por tantos niños y jóvenes que necesitan de buenos escolapios, y que ante el Padre pida que suscite entre los jóvenes que nos rodean, algunos dispuestos a seguir el evangelio en la Escuela Pía para que, como él, sepan enseñar a los niños y jóvenes la Piedad y las Letras, para mayor gloria de Dios y utilidad del prójimo.

Valencia, 11 de febrero de 2012

Wednesday, December 28, 2011

Declaración del VI Capítulo Provincial de la provincia escolapia de México (abril 2011)

Junio 30, 2011

Nosotros, religiosos escolapios reunidos en nuestro VI Capítulo Provincial de México, conscientes de la realidad actual de nuestro país, declaramos que:
Ante la realidad de pobreza y neopobrezas, no podemos permanecer ajenos e indiferentes; motivo por el cual, nos sentimos enviados a dar una respuesta ante este desafío. Por esto:

1. Declaramos que, como religiosos, no nos guiamos por los valores de la sociedad actual, sino por los del Evangelio.

2. El seguimiento de Cristo nos invita constantemente a tener un proceso de conversión en el ejercicio de la corrección fraterna hacia los valores del Evangelio, los cuales implican un modo de vida sencillo y austero.

3. Las neopobrezas no lleguen a ocultar la pobreza económica en la que viven sumidos millones de niños y jóvenes, y la correspondiente actitud solidaria que debemos tener como religiosos.

4. Ante la ola de violencia que vivimos en nuestro país, estamos obligados a generar pensamiento crítico y justo, con base en el respeto de la dignidad de la persona, para hacer frente a la corrupción y al deterioro de los valores que permean nuestra sociedad.

5. Reconocemos que hay grupos y organizaciones que están luchando por la paz y la justicia, a lo cual, nosotros también nos sumamos manteniendo una postura firme contra el quebrantamiento de la dignidad personal de vida de nuestros niños y jóvenes, y en ellos del orden social.

6. Es necesario establecer redes de apoyo con otras asociaciones, eclesiales y civiles, que están en sintonía con nuestro ministerio, para fortalecer el establecimiento del bien común.

7. Debemos buscar estrategias óptimas para recaudar fondos económicos en favor de los pobres y de las obras que trabajan en realidades sociales que más lo necesiten.

8. En todas nuestras obras hagamos conciencia de trabajar por un México más justo y fraterno. Y esta idea esté inmersa en todos nuestros programas formativos y en todas nuestras obras.

9. Hacer un ejercicio de evaluación, revisión y análisis de nuestras obras, para recuperar el carácter popular de todas. Dado el nivel de vida del país, nuestras obras se han hecho mucho más populares de lo que eran, pero estamos conscientes de que debemos incluir a aquellos niños y jóvenes cuya situación nos interpela a incluirnos en ellas.

10. Con base en lo anterior, el VI Capítulo Provincial de México, reunido en Celaya, manifestamos la creación de una Comisión Social, creada ex profeso, para atender, acompañar, sistematizar, anunciar y denunciar proféticamente nuestro compromiso por los niños y jóvenes pobres.

Confiamos en que estas intuiciones son voz del Espíritu de Dios para la Escuela Pía mexicana, por lo que depositamos toda nuestra esperanza en la Providencia Divina, y en San José de Calasanz, para mantenernos fieles a nuestra misión y carisma.

Celaya, Gto., 29 de abril del año 2011.

http://www.imdosoc.org/?p=11420



Artículos de contexto


En México, la pobreza moderada afecta a 52 millones
Agosto 1, 2011

Mientras en Guerrero, Chiapas y Oaxaca una de cada tres personas vive en pobreza extrema, en los estados donde la miseria es menor, como Distrito Federal, Baja California Sur, Baja California y Nuevo León, más de 30 por ciento de la población vive con carencias sociales, aseguró el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.

En un análisis enfatizó que se trata de entidades donde el ingreso es relativamente alto pero hay importantes rezagos en el cumplimiento de varios derechos sociales, entre ellos salud, educación, calidad en la vivienda, alimentación, seguridad social y servicios en la vivienda.

Ante el incremento a escala nacional de la pobreza moderada en 3.2 millones de personas, para llegar a un total de 52 millones en esa situación, de acuerdo con la medición oficial que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Sedeso aseveró que sus programas han incidido directa o indirectamente en el abatimiento de las carencias y en los niveles de pobreza.

En un comunicado explicó ayer que este año el presupuesto para la superación de la pobreza alcanza un récord histórico de casi 1.5 billones de pesos, que representan 57 por ciento del gasto programable.

http://www.imdosoc.org/?p=11826


La magnitud del retroceso social es de dos décadas, según analistas
Agosto 4, 2011

La magnitud del retroceso social que reflejan los resultados de la medición de la pobreza presentados el viernes pasado apunta a cerca de dos décadas perdidas en términos de bienestar. A esto se suma que la recuperación en los salarios tendrá que ser de cerca de 3 por ciento anual para llegar en 2013 al nivel de 2005, señalaron analistas.

Una lección que ha dejado la crisis económica es la fuerte relación entre los derechos económicos y sociales y la pobreza: la no realización de ellos conduce a la pobreza. Indudablemente la pobreza es un asunto de derechos humanos, no sólo de los que provee directamente el Estado, como la educación o la salud, señaló el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.

Frente a los resultados de la medición oficial de la pobreza que reportó 52 millones de mexicanos en miseria, de los cuales 11 millones están en pobreza extrema, se debe revisar a fondo este método del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), porque no se puede dar el mismo peso a la alimentación –derecho sin el cual no se puede vivir– que a otra carencia. Según los resultados divulgados, con tener educación, salud y vivienda y no comer la gente puede no ser pobre, señaló José Luis de la Cruz, director del Centro de investigación en Economía y Finanzas del Tec de Monterrey campus estado de México.

(La Jornada)

http://www.imdosoc.org/?p=11880


Viven en condiciones de rezago social un millón 333 mil niños
Agosto 29, 2011

Las tasas más altas de pobreza en la Ciudad de México se dan entre la población infantil, donde tres de cada cuatro menores viven en condiciones de rezago social, revela un diagnóstico elaborado por el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal (Evalúa-DF).

En el documento, el organismo que encabeza Pablo Enrique Yanes Rizo detalla que en esta capital habitan un millón 333 mil niños y niñas menores de 12 años en situación de marginación, que equivale a 75.9 por ciento de la población total de ese grupo de edad, estimado, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en un millón 800 mil.

Frente a esa realidad, asegura que a pesar de los esfuerzos e iniciativas importantes realizadas por las autoridades locales, “se sigue careciendo de una política integral en materia infantil”, e incluso el tema “no goza de los niveles de reconocimiento, prioridad y dimensión que se requieren”.

Así por ejemplo, detalla, casi 40 por ciento de los niños y niñas de cero a cinco años residen en unidades territoriales de muy bajo grado de desarrollo social, y otro 30 por ciento en las de bajo grado.

(La Jornada)

http://www.imdosoc.org/?p=12310


Priorizan lucha a crimen y pobreza
Septiembre 9, 2011

El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2012 castigó los ramos del campo, comunicaciones y medio ambiente, y benefició a desarrollo social y seguridad como los ejes prioritarios del último año del sexenio del presidente Felipe Calderón.

“En el presupuesto se consideran de forma destacada las asignaciones que se requieren para promover la seguridad y combatir al crimen organizado, para fomentar el crecimiento económico mediante obras de infraestructura y la promoción del empleo, así como para impulsar la reducción de desigualdades sociales, pobreza y enfermedades a través de programas”, explica el Presidente en su carta de presentación a diputados.

Un sector afectado es la Comisión Federal de Electricidad. A las provisiones salariales y económicas también se les programó menos recursos, en comparación con el presupuesto aprobado para 2011. Contrario a ello, el Instituto Federal Electoral, Gobernación, el ISSSTE y todo el ramo de seguridad tendrían mayores recursos, si los diputados lo avalan.

La inflación estimada en México para el siguiente año, será de 3%, y el tipo de cambio se ubicará en 12.2 pesos por dólar. Hacienda proyectó que la economía de Estados Unidos tendrá una tasa de crecimiento de 2.1% para 2012.

(El Universal)

http://www.imdosoc.org/?p=12517


México es el país que más gasta en educación: OCDE
Septiembre 13, 2011

El esfuerzo presupuestario realizado por México en gasto educativo es el más alto entre los 34 países que integran la OCDE, sostuvo el organismo en su informe Panorama de la Educación 2011, aunque también ubica al país en el tercer lugar por el número de jóvenes que no estudian ni trabajan.

En videoconferencia desde París, detalló que de acuerdo con las cifras de la OCDE sumaban siete millones 226 mil jóvenes en esa situación y 38 por ciento del total son mujeres, cifra por arriba del promedio del organismo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destacó que en diez años México aumentó en casi un punto porcentual el gasto educativo como proporción del PIB, a 5.8 por ciento en 2009, muy cerca del promedio del organismo de 6.1 por ciento.

“México es desde hace varios años el país que más gasta de su presupuesto público en educación”, y si bien tiene un gasto público relativamente bajo, la inversión en educación representa 20.6 por ciento del total, muy por encima del promedio de la OCDE de alrededor de 7.0 por ciento.

(Excélsior)

http://www.imdosoc.org/?p=12565

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Thursday, December 30, 2010

Resumen de España (Juan Carlos XII.2010)

Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey
Palacio de La Zarzuela.
Final del formulario
Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey
Madrid, 24 de diciembre de 2010
© Agencia EFE

¡Buenas noches! Quiero que mis primeras palabras sean para transmitir de corazón a todos los españoles mis mejores deseos de paz, prosperidad y felicidad en estas Fiestas Navideñas y para el Año Nuevo 2011.

Llegamos al final de un año difícil y complejo, marcado por una crisis económica, en España y en otros países, más larga e intensa de lo esperado. En nuestro caso ha puesto de manifiesto desequilibrios y deficiencias estructurales que hemos de resolver juntos con eficacia y prontitud.

Lo más doloroso es que ha golpeado a tantos hombres y mujeres que han sufrido -en su propia carne o en sus familias- la pérdida de empleos. Los parados concentran nuestras preocupaciones; son una prioridad insoslayable. La sociedad española no puede dejar que, especialmente, tantos jóvenes carezcan por más tiempo de un trabajo.

Pienso asimismo en quienes han tenido que cerrar comercios, talleres o negocios. En todas las personas que han asumido grandes sacrificios y esfuerzos a lo largo de este año: trabajadores asalariados, autónomos, profesionales, empresarios, pensionistas o funcionarios. Todos ellos merecen nuestro más amplio respaldo. Sus múltiples desvelos diarios y los de millones de familias, cuentan con nuestra mayor gratitud pues contribuyen al bien de todos.

La crisis ha requerido la adopción de importantes decisiones por parte de nuestros poderes e instituciones públicas a todos los niveles. A escala europea ha exigido concertar nuevas iniciativas. Pese a ciertos signos alentadores, todavía no se ha logrado una plena estabilización y recuperación internacional.

Es preciso seguir adelante con empeño, ganar la batalla al paro con decisión, constancia y firmeza; mejorar en productividad y competitividad, en educación e innovación; y volver a situar a nuestra economía con visión de futuro en el pelotón de cabeza, manteniendo nuestra protección y cohesión social.

Sin un crecimiento adecuado no crearemos empleo. Y para crecer como necesitamos, debemos proseguir y abordar juntos las reformas necesarias, cumpliendo además nuestros compromisos en materia presupuestaria y de déficit. Se trata de modernizar nuestro modelo productivo y de generar mayor confianza para reactivar nuestra economía, proyectando al mundo nuevos ejemplos de vitalidad y de impulso como sociedad.

Pudimos salir con éxito de anteriores crisis económicas. Disponemos de las condiciones y de los instrumentos necesarios para lograrlo de nuevo.

Somos una gran Nación, orgullosa de su pluralidad y diversidad, integrada en la Unión Europea con la que estamos comprometidos y por la que siempre hemos apostado. Un país de personas laboriosas y creativas, con una juventud espléndida, un inmenso y variado patrimonio cultural, modernas infraestructuras y muchas empresas punteras a escala internacional. La misma España que ha sido capaz de progresar y de superar con éxito muchas pruebas.

No hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor.

Debemos desterrar el desánimo, levantar la cabeza, aunar esfuerzos y continuar la faena, conscientes de lo que somos, de lo que ya tenemos y de lo que podemos avanzar.

Los nuevos tiempos requieren grandes compromisos por parte de todos. Si queremos ganar el futuro, debemos mirar más allá, estimular ilusiones y fortalecer capacidades, sabiendo que juntos llegaremos siempre más lejos.

Por todo ello, para salir de la crisis y asegurar nuevos horizontes de prosperidad y de bienestar, necesitamos unidad, responsabilidad y solidaridad. Estos son los mejores aliados para vencer dificultades y alimentar nuestras esperanzas. Los mismos que han guiado a otros países.

Creo que la actual situación ha puesto de relieve lo evidente: de cómo le vaya a España depende cómo le vaya a cada uno de los españoles. Por eso, no caben actitudes individuales ni colectivas de indiferencia o de egoísmo, que a la postre nos dañan a todos.

Nada que valga la pena se consigue sin renuncias y sin entrega. Es preciso fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez. Valores y virtudes cuya ausencia no es ajena al origen de la crisis, y que son consustanciales a toda sociedad justa y equitativa.

En definitiva, debemos unir nuestras fuerzas para alcanzar nuevos logros colectivos, con confianza en nosotros mismos y en nuestro país, contando con la acción de nuestras instituciones en el marco de convivencia y estabilidad que asegura nuestra Constitución.

Todos, empezando por nuestros partidos políticos y agentes económicos y sociales, somos importantes para conjugar voluntades en esta dirección, con generosidad, sentido de Estado y pensando en el interés general.

Quiero reiterar esta noche que el terrorismo solo suscita condena y repudio en cuantos defendemos la libertad y la democracia. No nos debe faltar determinación para acabar con esta lacra. Honremos y arropemos con todo nuestro cariño y solidaridad a las víctimas de la violencia terrorista y a sus familias.

Por otro lado, continuemos prestando la máxima atención a los excluidos y marginados, trabajando por la igualdad de oportunidades y en apoyo de los discapacitados. Redoblemos asimismo esfuerzos para combatir las drogas y terminar con la inaceptable violencia de género. Y por supuesto, cuidemos más nuestro entorno natural.

Nos jugamos mucho a diario en el mundo complejo y competitivo en que vivimos. Por eso tenemos que defender el papel y los intereses de España en el plano internacional y mantener nuestros compromisos con la paz y el desarrollo de muchas naciones necesitadas. En este marco dirijo mi gratitud y afecto, a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad desplazados en otros países, que han sufrido la pérdida de compañeros que permanecen en nuestro recuerdo.

Pero el año 2010 nos deja también alegrías, realizaciones y esperanzas, incluidos numerosos triunfos inolvidables en la historia de nuestro deporte. ¡Estoy convencido de que 2011 nos aportará nuevos éxitos y avances en muchos campos!

He contado siempre, y muy especialmente este año, con el afecto de los españoles y con el activo apoyo del Príncipe de Asturias. Al expresar mi agradecimiento quiero, una vez más, asegurar que sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España. Es sin duda mi deber, pero es también mi pasión.

Quiero terminar reiterando mi plena confianza en España y en nuestros ciudadanos. Confianza en nuestra capacidad y fortaleza para dejar a nuestros hijos y nietos un país cada vez mejor, con mayor prosperidad en cada pueblo, ciudad y Comunidad Autónoma. En suma, plena confianza en que seguiremos progresando.

¡Muy feliz Navidad y Año Nuevo 2011, en nombre propio y de mi Familia, a todos los españoles y a cuantos extranjeros viven con nosotros!

Buenas noches.

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Foro Escolapio sobre Europa XII.2010

A TODAS LAS COMUNIDADES EN EUROPA

Estimados hermanos:

Hace poco hemos tenido la reunión del Foro Escolapio Europeo, en Dovalny (Eslovaquia) y ha sido una gran satisfacción encontrarnos todos los superiores de nuestras demarcaciones de Europa, el Asistente General de Italia y Centroeuropa, el de España y nosotros como miembros de la Comisión Permanente de este Foro.

Cuando comenzamos a trabajar como Comisión, el reto de impulsar el “Proyecto Escuelas Pías y Europa” nos pareció muy grande, pero a la vez interesantísimo para las Escuelas Pías de Italia, Austría, Hungría, Eslovaquia, Polonia, España y nuestras presencias en República Checa, Bielorrusia, Ucrania y París. Caminar hacia un proyecto común de estas, las primeras demarcaciones en la historia de nuestra Orden, merecía la pena. Transformar la diversidad en proyecto común, las diversas lenguas en fluida comunicación, la multiculturalidad en riqueza, es lo que los signos de los tiempos nos piden, el evangelio corrobora y las Escuelas Pías impulsan.

El camino hacia la meta no está exento de dificultades, de desafíos y retos. Pero visto el clima de fraternidad y participación que hemos vivido estos días pasados en Dovalny, las dificultades parecen menos y los retos son oportunidades que debemos y tenemos que aprovechar.

Este clima de trabajo y fraternidad escolapia, es el que os queremos hacer llegar, para que también vosotros participéis de él y seáis conscientes y corresponsables de esta hermosa tarea que han iniciado las Escuelas Pías en Europa. Sin vosotros que formáis las distintas comunidades. Que estáis en contacto con nuestra realidad más escolapia que es la de: “evangelizar educando”, a los niños y jóvenes preferentemente pobres en cada una de nuestras obras. Sin vosotros, vano sería nuestro trabajo de crear la unidad desde la diversidad, siempre orientados por nuestro carisma y ministerio.

Queremos por tanto hacer llegar a cada uno de vosotros y a los que con vosotros forman “el sujeto escolapio” en cada lugar, signos esperanzadores de que es posible un Proyecto Escolapio Europeo. Un proyecto “Escuelas Pías y Europa”, que ilusione que relance nuestro carisma y misión en la “vieja Europa” y a la vez “tan nueva”, desde esta perspectiva que abre horizontes esperanzadores y nuevas posibilidades de anunciar el evangelio desde nuestra tarea educativa que se convierte en evangelizadora, en todos los lugares y obras en los que estamos presentes religiosos y laicos escolapios.

Adjuntamos a esta carta un pequeño documento que se nos había encargado enviar, tal como se dice en el Acta de Dovalny: “Que llegue a las comunidades un documento con la cronología del foro y lo que se ha ido tratando como más importante…”. En este documento podréis apreciar cómo se comenzó este camino y en el punto en el que estamos actualmente:

1. En el primer encuentro se habla de Europa y las Escuelas Pías.
2. Durante el segundo se da configuración al Forum.
3. Se pretende clarificar lo que los SS. MM. desean del Fórum Escolapio Europeo y se crea la Comisión Permanente para las Escuelas Pías en Europa (formada por religiosos y laicos) que lidere y coordine la elaboración de un “proyecto para las Escuelas Pías en Europa”
4. Se crea dicha comisión por el P. General, formada por dos religiosos y dos laicos.
5. Es te mes de noviembre, nos hemos reunido en Eslovaquia.

Los datos e información que se contienen en esta información y los hechos que se describen en lo que os enviamos, son el primer paso para acercaros a esta realidad de las Escuelas Pías en Europa de la que queremos seáis protagonistas. Es una primera entrega, de otras que llegarán para reflexionar y participar en todo el proceso. Esperemos también que pronto tengamos un instrumento de comunicación ágil y veraz que nos pueda acercar a las diferentes realidades europeas escolapias en su dinámica de vida y misión.

Durante estos días de reunión, creemos que se han establecido las líneas fundamentales del futuro: “Proyecto Escuelas Pías y Europa”. Hemos confluido en unos valores comunes. Se han detectado los desafíos y retos que se nos plantean en la Europa Escolapia desde el campo educativo y otros campos, llegando a un primer consenso en ellos. Hemos hecho un primer acercamiento a las tareas que podemos hacer en común y hemos definido las primeras líneas que definen nuestra identidad como escolapios en Europa.

A partir de aquí nuestra tarea, como comisión, continuará, haciendo llegar a cada Congregación Provincial todo lo trabajado en este último Foro, para que en cada lugar se reflexione y mejore. En el próximo encuentro del Foro Escolapio Europeo, intentaremos definir ya nuestro Proyecto y nuestra Carta de Identidad.

Creemos que nuestro Proyecto viene desde una reflexión sobre los signos de los tiempos y ante ello conviene recordar estas palabras de Calasanz: "La voz de Dios es voz de Espíritu que va y viene, toca el corazón y pasa; no se sabe de dónde venga o cuándo sopla; de donde importa mucho estar siempre vigilante para que no venga improvisadamente y pase sin fruto" (EP c.131).

¡Ánimo hermanos! Construir juntos una Escuela Pía nueva desde la fidelidad y la creatividad, es un reto, pero recordemos las palabras del Concilio Vaticano II: “El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar” (GS, 31).

László Lúkacs (religioso Hungría)
Antonio Moreno (laico Aragón)
Roland Machatschke (laico Austria)
Miguel Giráldez (Congregación General)

Roma, 27 de noviembre de 2010.
Calasanz, Patrón de la Escuela Popular Cristiana

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Monday, November 29, 2010

'Letras apostólicas' sobre el patrocinio de S. José Calasanz (PÍo XII, 13.VIII.2010)

Letras apostólicas
que declaran a s. José Calasanz Patrón ante Dios
de todas las Escuelas Populares Cristianas.
Pío XII
Roma, 13 de agosto de 1948
En: BAU, Biografía crítica de San José de Calasanz, p.1236-1240


Año de 1948.

Proclamación de San José de Calasanz, por el Pontífice reinante, Pío XII, por Patrono Universal de todas las escuelas populares cristianas.

Esta designación, que hace del humilde Calasanz la figura máxima de la Historia de. La Pedagogía Católica, ha constituido el punto culminante de la celebración tricentenaria de la muerte y bicentenaria de la beatificación del Santo de los Niños, que por doquiera, pero particularmente en España, ha revestido singularísimos caracteres de pompa y apoteosis.

Ya a estas alturas, resultará enojosa la transcripción de más documentos. Pero no podemos renunciar a dejar constancia, si quiera de la parte dispositiva, de las Letras Apostólicas con que se hizo aquella proclamación solemne. (Bau)


“… En efecto, Clemente VIII, apenas conoció el propósito que tenía Calasanz de dar instrucción gratuita a los hijos del pueblo, lo tomó bajo su amparo, y, de no haber sido sorprendido por una muerte prematura, habría, sin duda, él mismo aprobado las Escuelas Pías; Paulo V dijo que José había emprendido su obra «movido de Dios», y en 1617 estableció la Congregación de las Escuelas Pías, que quiso recibiera de sí mismo el nombre de Paulina; Gregorio XV, a quien José, en Narni, ilustrado con luces del cielo, predijo su elección para Sumo Pontífice, fue el mejor amigo del Santo y de sus Religiosos, y por su constitución Apostólica ‘In supremo Apostolatus Solio’, dada en 1621 elevó la Congregación Paulina al grado de Orden Religiosa, y poco tiempo después aprobó las Constituciones; Urbano VIII prohibió el que otros se sirvieran en su provecho del nombre de Escuelas Pías; Alejandro VII introdujo la causa de Beatificación de José; Clemente IX aprobó y confirmó todas las gracias y privilegios concedidos por Gregorio XV a la Orden de las Escuelas Pías; asimismo, Clemente XII declaró solemnemente ser del cielo la misión que tuvo José, sobre todo «como primer modelo de toda la cristiana educación popular»; más tarde, Benedicto XIV, que llamó a Calasanz «el Job de la Ley de Gracia», lo contó hace dos siglos en el número.de los Beatos, y Clemente XIII, el año 1767, lo inscribió en el catálogo de los Santos. Por fin, en nuestros mismos días, Benedicto XV, de feliz recordación, en documento pontificio de 1917, adjudicó, con su autoridad suprema, al Fundador de las Escuelas Pías, la primacía entre los promotores de la educación gratuita de la niñez desvalida. No hay, pues, por qué maravillarse de que las Escuelas Pías, asistidas del cielo con tantos y tan poderosos auxilios, tan encomiástica y favorablemente acogida, puestas al abrigo de sus detractores, se propagaran en breve largamente por Italia, Europa y América dieran por todas partes ubérrimos frutos de piedad y ciencia, y aun hoy florezcan para gloria y gozo de la Santa Iglesia, y para bien de la juventud cristiana; de la que S. José de Calasanz ha de ser considerado como Padre bondadoso y Maestro amantísimo. Teniendo en cuenta todo lo dicho y siguiendo las huellas de tantos Romanos Pontífices, que durante tres siglos Nos han precedido en esta Cátedra de S. Pedro, hemos decidido acceder espontánea y gustosamente a las súplicas que Nuestro querido hijo, el actual Procurador General de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, expresando los deseos de toda la orden, humilde e insistentemente Nos ha dirigido de que, para perpetuar la memoria de la doble solemnidad centenaria antes mencionada, y para satisfacción cumplida del deseo, ya antiguo, de la Familia Calasancia, y en otras ocasiones manifestado a esta, Silla Apostólica, Nos dignásemos benignamente declarar a S. José de Calasanz Patrón de la enseñanza popular y cristiana.

Por lo cual, oído el parecer de nuestro venerable Hermano Clemente, Cardenal Micara de la Santa Iglesia Romana, obispo de Veletri y Prefecto de la Sagrada congregación de Ritos, por las presentes letras, y con toda la plenitud de nuestra autoridad apostólica, y para siempre, a S. José de Calasanz, confesor, lo constituimos, elegimos y declaramos celestial Patrón ante Dios de todas las Escuelas Populares Cristianas del mundo. Sin que valga cosa en contrario.

Esto mandamos y establecemos, decretando que las presentes Letras sean y permanezcan siempre firmes, válidas y eficaces; que surtan y obtengan plena e íntegramente sus efectos; que sufraguen plenísimamente a aquellos a quienes afectan o en el futuro puedan afectar; y definir: y cuando en contrario, sobre el particular se atentare, por quienquiera y con cualquier autoridad que sea, a sabiendas o por ignorancia, desde ahora queda declarado inválido y sin efecto.

Dado en Castelgandolfo, bajo el Anillo del Pescador, el día 13 de agosto del año 1948, X de nuestro Pontificado.”

Wednesday, September 29, 2010

Para que estén con Él (P. Aguado 2.VIII.2010)

“…Para que estuvieran con Él y para enviarles a predicar”
Pedro Aguado, Padre General
Ephemerides Calasanctianae
Salutatio septiembre-octubre de 2010

Titulo esta “salutatio” con la segunda parte de la cita evangélica recogida en nuestras Constituciones (C15) y que me sirvió para escribir mi carta anterior, centrada en el desafío de la pastoral vocacional: “Llamó a los que Él quiso para que estuvieran con Él y para enviarles a predicar” (Mc 3, 13-14).

Efectivamente, este pasaje del Evangelio de Marcos recoge de modo sintético, preciso y convocante toda la dinámica propia de la llamada de Jesús a sus discípulos: se expresa con claridad que la llamada es iniciativa de Jesús, y se indica con nitidez el sentido de la llamada: estar con Jesús y ser enviados a la misión.

Quiero escribiros esta reflexión precisamente sobre esto: sobre el sentido de la llamada. ¿A qué somos llamados, los escolapios, en este momento histórico de nuestra Orden? ¿Cuál es la orientación que debemos dar a nuestra respuesta? ¿Qué sentido de fondo, profundo, tiene toda llamada vocacional, y en nuestro caso, la llamada a la vocación escolapia? Quisiera responder, de modo sencillo, teniendo en cuenta las pistas que nos ofrece el Evangelio y los retos fundamentales que tiene nuestra Orden. Somos llamados a “estar con Él”, somos enviados a predicar, pero llamados a hacer estas dos cosas a la vez. Las “y” son muy importantes en nuestra identidad escolapia, hermanos. Pensemos un poco sobre ello.

Creo que en las Escuelas Pías tenemos que abordar de modo más profundo una cuestión que en nuestra vida real, en los diálogos y reflexiones de nuestras comunidades y de nuestros capítulos suele aparecer de modo diverso: el equilibrio entre la dedicación a la misión por una parte, y la vida comunitaria, espiritual y de formación de cada uno de nosotros, por otra.

Pienso que si no se plantea bien, puede llevarnos a conclusiones equivocadas o a una visión no integral de nuestra vocación, y eso nos haría mucho daño. Trataré de explicarme desde el siguiente esquema de pensamiento: debemos comprender y vivir nuestra vocación de modo integral / hay algunas pistas que nos pueden ayudar en esta búsqueda de plenitud / podemos tener comprensiones o vivencias equivocadas de esta visión integral de nuestra vocación / somos llamados a una plenitud vocacional. Estos son los cuatro puntos sobre los que deseo ofreceros mis reflexiones.

1-Nuestra vocación es una respuesta integral a una llamada integral.
Hablar de la vida escolapia como una vida “activa y contemplativa a la vez” o hablar de “ser y hacer” no dejan de ser esquemas que nos sirven sólo si nos ayudan a expresar lo esencial. Siempre necesitamos esquemas desde los que explicar las cosas, pero a veces sucumbimos a la simplificación de todo esquema y acabamos “dividiendo” en vez de “integrando”. ¿O es que la entrega a la misión es sólo hacer y no es una expresión extraordinaria –fundante- de nuestro ser escolapios?

¡Cuidado, hermanos, que no acabemos llamando “ser” a estar en casa o al necesario cuidado de la vida espiritual y “hacer” al trabajo. No sería ni justo ni bueno hacer esta “dicotomía” en nuestra vida. En este sentido, quisiera hacer dos afirmaciones que considero importantes.

A La vocación escolapia se expresa privilegiadamente en una vida personal
Y comunitaria centrada en Jesucristo y entregada a la misión. Todo unido. Cuando no se cuida lo comunitario, cuando se vive descentrado del eje que nos vertebra o cuando no nos entregamos apasionadamente a nuestra misión, no estamos respondiendo como escolapios, como hijos de Calasanz. Cuando estas claves fundamentales las separamos o, peor aún, las oponemos, entonces ya estamos desvirtuando gravemente nuestra propia identidad. Y cuando estas claves las vivimos a medias, sin ese tono vital intenso que nos debiera caracterizar, entonces estamos respondiendo a medias a la llamada de Jesús.

B Debemos reflexionar sobre qué dinamismos nos pueden ayudar
a una vivencia más integral e integradora de nuestra vocación. Sea cual sea nuestra edad o nuestra circunstancia vital o de salud, nuestra vocación puede y debe ser vivida de modo pleno. Me hace pensar que en la última encuesta que hemos hecho en toda la Orden aparece un dato significativo: los escolapios estamos contentos con la vivencia que tenemos de nuestra propia vocación, pero ese nivel de satisfacción va disminuyendo, poco a poco, conforme vamos teniendo años. Si esto es así –y aunque toda encuesta es parcial y relativa- aquí tenemos una “pequeña luz roja” que, a mi juicio, tiene que ver con nuestra necesidad de profundizar mucho más en lo que somos y estamos llamados a vivir. Sobre todo esto pediremos una reflexión especial a todos los secretariados, pues se trata de una cuestión interdisciplinar.

2-Quisiera ofrecer algunas pistas
que nos pueden ayudar a vivir de modo más integral nuestra vocación, sin compartimentos estancos, sin disfunciones existenciales. Afortunadamente, todas las encuestas correlacionan estos cuatro elementos de los que voy a hablaros de modo positivo. Contra los que algunos piensan, la dedicación al trabajo no aleja de la vida espiritual, y viceversa. Jesús no riñe a María por que trabaja mucho, sino porque está “inquieta con tantas cosas”, pero tampoco permite “plantar tres tiendas” a sus discípulos, sino que les dice que hay que bajar a la misión. No les deja que se queden “ahí plantados, mirando al cielo”.

A Profundidad en la vida espiritual.
Quizá siempre ha sido así, pero es bueno que digamos que “hoy más que nunca” somos necesarios como hombres de oración. Los niños y jóvenes, las familias, los educadores de nuestras obras, necesitan vernos como testigos veraces de Jesús y de su Evangelio. Y nosotros mismos, para sostenernos en el día a día, necesitamos llevar una vida espiritual digna de tal nombre, una vida de oración que alimenta permanentemente nuestro espíritu permitiéndonos ser fieles al Espíritu. Las comunidades, las demarcaciones, pueden y deben ofrecer medios y posibilidades para que los escolapios cuidemos nuestra relación con Dios y nuestra oración, pero nada de esto puede sustituir al esfuerzo personal, a la fidelidad de cada uno a la oración personal y común, al tiempo que diaria o semanalmente dedicamos a la Palabra o la intensidad y entrega con la que celebramos la Eucaristía. La oración nos da nuestra propia medida, destierra seguridades puramente humanas y nos prepara así, en humildad y sencillez, a que nos sea comunicada la revelación que se hace únicamente a los pequeños (Lc 10, 21). ¡Hay tantas cosas que podemos hacer! Es importante que los superiores mayores acompañen y cuiden esta dinámica en cada uno de nosotros. Hay muchas maneras de hacerlo: dialogando personalmente con los religiosos sobre su vivencia espiritual, ofreciendo periódicamente libros de interés o artículos que ayuden en este camino, favoreciendo y animando los retiros comunitarios y demarcacionales, proponiendo experiencias que ayuden al religioso a pensar de nuevo las cosas o que provoquen una cierta desinstalación.

B Capacidad de vida comunitaria.
Tres sencillos apuntes en los que creo que debiéramos intentar profundizar un poco:

• No tengo ninguna duda de que uno de los aspectos en los que más debemos trabajar y cuidar es en lo que podríamos llamar “crecer en una estructura personal comunitaria”. Lo “comunitario” debe formar parte central de nuestro ser, debe influir en las razones desde las que actuamos, en las decisiones que tomamos, en la prioridades que nos importan, en cómo distribuimos nuestro tiempo, en cómo rezamos, en general, en cómo vamos configurando nuestra vida. Todos tenemos claro que nuestra identidad personal se va configurando desde algunos ejes centrales en los que creemos y desde los que vivimos. Nuestro “ser comunitario” debe formar parte de esos ejes centrales. Para nosotros, la comunidad no debe ser sólo un estilo de vida, sino un modo de ser.

• Necesitamos definir mejor las claves fundamentales desde las que deseamos construir nuestras comunidades. Esta primera visita a la Orden me ha ayudado mucho a entender la pluralidad desde la que vivimos, y valorar esa pluralidad como un don. Pero también he podido darme cuenta de que el riesgo de la pluralidad está, precisamente, en que acabemos aceptando que “todo vale”. Hemos de saber marcar líneas desde las que debemos impulsar nuestras comunidades, desde las que los responsables de las demarcaciones pueden acompañar y exigir. Por ejemplo, corresponsabilidad de los religiosos, estilo de pobreza, posibilidades de fe compartida, dinámica de formación, capacidad de impulso de la misión, dinamismos de pertenencia a la demarcación y sus prioridades, acogida vocacional, apertura a los laicos, fomento de una identidad religiosa clara, importancia del acompañamiento de las personas en sus procesos y necesidades, ambiente positivo y propositivo desde el que vivimos, etc. De vez en cuando, los superiores mayores deben reunir a los rectores de las comunidades para compartir el trabajo que hacen y para incentivar la capacidad de mejora de nuestra vida comunitaria.

• Finalmente, una tercera sugerencia, inspirada en el texto evangélico. Somos convocados en comunidad para estar con Él. Nuestras comunidades deben crecer más en ese desafío central que tenemos planteado: la centralidad de Jesucristo. La oración común, la eucaristía compartida cuando nos sea posible, los retiros de comunidad, la formación en vida cristiana y religiosa, el ambiente dominante en nuestras casas, el hablarnos unos a otros con palabras de fe, todo esto ayuda a que, en verdad, nuestro estilo de vida transmita a Jesucristo y nos ayude a encontrarnos con Él.

C Cuidado en nuestro propio proceso, para vivirlo en autenticidad.
Con alguna frecuencia recibo cartas o mensajes de escolapios con los que me he encontrado este año y con los que he podido hablar de su vida y proceso. Siempre agradezco estas comunicaciones, porque me sirven para seguir la pista de lo que viven mis hermanos. Y me alegro mucho y doy gracias a Dios cuando las cartas o mensajes “rezuman plenitud”. A modo de ejemplo, os transcribo un párrafo de una de las últimas que he recibido: “Este año ha sido para mí muy intenso, pero todo ha ido muy bien (incluidas las actividades de verano) y sigo con mucha fuerza, alegría y ánimo: cada vez estoy más convencido que lo de ser escolapio es lo mío, tanto que ya no veo en otro sitio... En fin, que yo tampoco "lo dejaré por nada del mundo" y que ahora mismo estoy muy bien”. Como podéis ver, se trata del testimonio de un joven escolapio que me dice que sigue con fuerza, alegría y ánimo. Cada uno de nosotros describimos de una manera diferente nuestra vida, pero todos sabemos si crecemos o no, si nos sentimos caminando o viviendo con falta de vigor o de proceso. Esto es lo central, hermanos. Me gustaría resaltar dos aspectos que me preocupan mucho en todo este asunto.

• El primero, la capacidad que tenemos –o que no tenemos- de ser conscientes de cómo vivimos, de en qué dirección vamos, de cómo nos vamos configurando. En ocasiones nos puede pasar que no nos enteramos, en el fondo, de cómo vamos viviendo. Yo pienso que “andar en verdad” tiene mucho que ver con saber poner nombre a los que nos pasa, a lo que se mueve en nuestro interior, a las líneas desde las que vamos configurando nuestra personalidad. En positivo, éste es uno de los secretos de la formación: saber entender lo que vivimos, saberlo compartir, saberlo discernir desde el evangelio y desde nuestra vocación, y saber dar los giros que son convenientes en nuestro propio proceso. En negativo, nada hay más peligroso que la inconsciencia de nuestras propias inconsistencias. Siempre recuerdo lo que me dijo el obispo que me ordenó, D. José María Cirarda: “para darse cuenta de que uno está mal, tiene que estar bien; y eso es siempre un problema”.

• El segundo, lo importante que es vivir desde un proyecto personal y acompañado. Constato con satisfacción que esta dinámica de elaborar nuestro proyecto personal y de dejarnos acompañar en su desarrollo va creciendo en nuestra Orden. Pero cometeríamos un grave error si pensáramos que esto se una cuestión propia de la formación inicial. O construimos nuestra vida escolapia, y por lo tanto la Orden, desde una vida con proyecto y en acompañamiento, o no saldremos adelante en lo que hoy la Orden pide de nosotros.

D Pasión por la misión, vivida y entregada con dedicación completa.
Hablar de la misión como un simple apartado “d” de una carta es bien poco y bien escaso. Tiempo tendremos de profundizar en todo lo que significa esta dinámica de envío misionero que supone la vocación escolapia. Pero en esta reflexión que os brindo, me quiero centrar sólo lo que significa la vivencia completa y compleja de nuestra vocación. ¿Qué papel juega la misión en este asunto?

La misión es la razón de ser de la Orden y la razón de nuestra decisión de ser escolapios. Somos para la misión. Esto es central y claro en las Escuelas Pías. Por eso mismo, hemos de ser escolapios entregados a nuestra misión, apasionados por ella, de tal modo que no nos consintamos nunca vivirla a medias, no prepararnos adecuadamente para ella o conformarnos con cualquier resultado.

En nuestras Constituciones lo expresamos con exigente claridad: “Entregamos nuestra vida para evangelizar a los niños y a los pobres, de modo que mientras la muerte actúa en nosotros la vida crece en los demás” (C 18)

Cuando en una Comunidad o en una Provincia se apaga o debilita el “celo apostólico” aparece el riesgo de que nos miremos a nosotros mismos y perdamos todo vigor. Pero cuando la causa del Reino de Dios anunciado a los pequeños nos atrapa desde el centro, las dificultades se relativizan, disminuyen los problemas internos y somos más capaces de un proyecto compartido. Es evidente que “la misión infunde entusiasmo y estimula la fidelidad” (VC 78).

3-Podemos tener algunas vivencias parciales o desenfocadas
en este nuestro esfuerzo de vivir nuestra vocación de modo íntegro. Cito algunas con el único afán de poner algún ejemplo que nos ayude a clarificar nuestras ideas.

A No saber valorar adecuadamente la entrega a la misión
de muchos de nuestros escolapios. Por ejemplo, tildar de “activismo” el trabajo intenso por los niños y jóvenes. Esto sólo es activismo cuando es vivido como “válvula de escape” o cuando nos descentra del eje vertebrador de nuestra vocación, que es el seguimiento de Jesús. ¡Ánimo, “activistas centrados y entregados”, que vale la pena dedicar todas nuestras energías a los niños y jóvenes! Pero, por favor, cuidaos desde la vivencia del sentido profundo de vuestra entrega.

B Creer que el cumplimiento estable de los horarios de la comunidad
Es suficiente para una vida escolapia. Bien está, nada hay en contra de este cumplimiento, todo lo contrario. Pero ¿y el resto de las horas del día? También hay que “cumplir”, en todo lo que significa vivir y trabajar como escolapios. La hondura con la que debemos vivir exige de nosotros “algo más”.

C Oponer “comunidad” y “misión”, confundir “comunidad” con “estar en casa”
o “misión con “hacer cosas”, aceptar como bueno un estilo de vida que no nos hace crecer y que no nos cuestiona nada, descuidar nuestra preparación para la misión olvidándonos que quien asume el encargo de enseñar tiene también la obligación de aprender, etc., son algunos de los muchos temas que debiéramos replantearnos para poder vivir de modo más integral nuestra vocación.

D Confundir “entrega” con entretenernos en cosas
que no son ni las más importantes ni las que nuestros jóvenes necesitan. Lo que esperan del escolapio es testimonio de vida, tiempo para escucharles, competencia educativa, responsabilidad en el trabajo, atención pastoral y espiritual, dedicación misionera. No necesitan ni colegas –reales o virtuales-, ni amigos entrados en años ni escolapios que les necesiten a ellos para sentirse bien.

¡Cuánto necesitamos una reflexión, concreta, sobre el papel del escolapio en nuestras obras!

4-Somos llamados a una plenitud vocacional.
Desde nuestra pequeñez, somos llamados a una vocación que, si es vivida en plenitud, poco a poco nos va transformando y nos va haciendo crecer. Del mismo modo que los discípulos tienen que aprender a serlo, también nosotros hemos de aprender a ser escolapios. Siempre me ha hecho reflexionar lo que Jesús le dice a Felipe en Jn 14, 9: “¿Tanto tiempo que estoy con vosotros y aún no me conoces, Felipe?”. Somos escolapios, hermanos, pero nos vamos haciendo escolapios. Hace poco, hablando con un joven que pronto hará su profesión solemne, me decía que seguía teniendo muchas preguntas y muchos desafíos, pero que quería profesar. Yo le dije que me alegraba mucho de las dos cosas, de que estuviera seguro de su vocación y de que tuviera preguntas sobre su vocación. Le dije que al hacer la profesión solemne también hacía un compromiso solemne de seguir buscando. Creo que esa es nuestra vida, y así va a ser siempre.

Pienso en el escolapio anónimo que se acuesta cansado de la misión y en ocasiones preguntándose en dónde ha entregado su energía sin un resultado objetivo que lo explique pero que al día siguiente se levanta y renueva su consagración en la oración o en la Eucaristía. Pienso que este escolapio ha entendido el Evangelio de Aquél que estuvo curando a los enfermos hasta el anochecer pero que de mañana, cuando todavía estaba oscuro, estaba en presencia de Dios, su Padre, renovando su disponibilidad (Mc 1, 34-35).

Os deseo plenitud, hermanos.
Pedro Aguado
Padre General

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Nueva Demarcación Escolapia: USA, NY - Puerto Rico

Ante el nacimiento de una nueva provincia en la Orden: USA, NY-Puerto Rico
Pedro Aguado, Padre General
Colegio Ponceño, Ponce, 2 de agosto de 2010.
Ephemerides Calasanctianae

“La voz de Dios es voz de Espíritu que va y viene, toca el corazón y pasa; no se sabe de dónde venga o cuando sopla; de donde importa mucho estar siempre vigilante para que no venga improvisadamente y pase sin fruto” (Calasanz, c. 131)

“Manteneos firmes y constantes, progresando siempre en la tarea al servicio del Señor, sabiendo bien que vuestro trabajo a su servicio no es inútil. Estad alerta, manteneos firmes en la fe, sed valientes, sed fuertes y que todos vuestros asuntos se realicen en el amor” (ICor 16, 13-14)

1. El contexto de la Orden
1.1. Revitalizar las Escuelas Pías, en orden a la Misión
1.2. Una Orden en claro movimiento. Hay que saberse situar en ella. Ejemplos
1.3. Etapa nueva en el proceso de reestructuración de la Orden, en fidelidad al 46º CG

2. Vuestra nueva Provincia, una Provincia nueva
2.1. Vivencia más profunda del carisma
2.2. La combinación sistémica de todas las claves de la vida
2.3. Nuevas Provincias y Provincias “nuevas”. Claves de renovación. Las grandes opciones.
2.4. Las prioridades reales desde las que queremos trabajar

3. Tres claves imprescindibles en este proceso
3.1. Revitalización carismática / SER
3.2. Hacer de la misión eje central y articulador / HACER
3.3. Innovación estructural para la mejora organizativa / MEDIOS y ESTRATEGIAS

4. Vuestro momento y vuestra dinámica
4.1. El camino recorrido hasta ahora
4.2. La importancia de esta asamblea
4.3. Convertir los ideales en proyectos. Caminar en verdad
4.4. No os paréis por dificultades concretas / creced desde las oportunidades reales.

5. Un proceso capitular que nos ayude a “poner nombre” a los primeros pasos
5.1. Somos una Provincia nueva, pensamos desde ese nuevo paradigma
5.2. Pastoral Vocacional: proyecto + responsable + equipo
5.3. Formación Inicial: formador/es y proyecto
5.4. Ministerio Escolapio: diseño global de nuestras obras, el proyecto de cada presencia
5.5. Vida Comunitaria y Formación Permanente: estilo y proyecto de nuestras comunidades
5.6. Misión Compartida en Integración Carismática: estatuto provincial
5.7. Estructuras, recursos y organización: curia, equipos, economía, comunicación
5.8. Sintonía de Orden: qué necesitamos, qué podemos aportar

6. Desde la Congregación General, felicitaciones, acompañamiento y exigencia.

“En la encrucijada en la que vive la Vida Consagrada se necesita una más amplia visión para levantarse por encima de los límites que experimentamos.

No es fácil adivinar el futuro. Sabemos que vamos de la mano de Dios y que Él es el protagonista de la historia. Pero el futuro, también es construcción. Si no podemos prever el futuro, podemos prepararlo, porque, de alguna manera, está en nuestras manos. Será, en gran parte, lo que hagamos de él. Es tiempo de contemplación, de inventiva, de creatividad, de saberse colocar y de aunar esfuerzos, de reconcentración y de nuevo empuje. Y es tiempo de generosidad misionera. Entre todos hay que diseñar el futuro que queremos para la Orden y para la Provincia que estamos construyendo” (Aquilino Bocos Merino, cmf)

1. El contexto de la Orden

1.1. Revitalizar las Escuelas Pías, en orden a la Misión

De entrada, quiero valorar su proceso y su asamblea, en la que están presentes la gran mayoría de religiosos de las dos demarcaciones. Quiero agradecer su esfuerzo, animar sus opciones y transmitir mi compromiso, y el de la Congregación General, con este camino que han emprendido.

Acabamos de enviar una carta a toda la Orden en relación con el gran desafío de la revitalización de las Escuelas Pías, que es la tarea que orienta e impulsa vuestro proyecto de fusión en orden a crear una provincia nueva. Si ya la han podido leer, no hace falta que les insista en este aspecto. No obstante, sintetizaré lo esencial.

Deseamos recordaros cuál es el hilo conductor de este sexenio, el horizonte hacia el que deseamos tender: la revitalización de las Escuelas Pías, la búsqueda de un nuevo impulso a nuestra realidad escolapia, para fortalecer nuestra vida y misión. Al servicio de este objetivo central están todas las líneas de acción que impulsamos, todos los objetivos que os propongáis en estos capítulos y todos los cambios estructurales que tengamos que hacer.

a) Los escolapios reconocemos que las Escuelas Pías son “obra de Dios” (C1).
Esta convicción, central en nuestra fe y en nuestra identidad, debe ser proclamada y recordada por todos nosotros con fuerza y claridad ahora que hablamos de “revitalización” y nos disponemos a hacer planes y aprobar opciones que hagan posible que podamos servir mejor a la causa del Reino de Dios. Nuestra revitalización, en primer lugar, es don de Dios, oferta generosa y gratuita de su amor, que hemos de ser capaces de acoger y de recibir. No somos una “empresa que hace planes o se reestructura”, sino un grupo de seguidores de Jesucristo en la escuela de Calasanz. Invitémonos unos a otros a acoger el don de la Vida que se entrega por nosotros.

b) La revitalización es el horizonte común
desde el que hemos de entender e impulsar las grandes opciones que la Orden nos ha pedido. Por ejemplo, la elaboración de un plan de crecimiento de las Escuelas Pías en países donde no estamos, (1) el cambio de nuestras estructuras y marcos demarcacionales, incluso generando nuevas provincias, (2) las reformas que tenemos que hacer en nuestro compartir los bienes, (3) las nuevas iniciativas en pastoral vocacional (4) o en formación inicial, (5) las opciones que nos permitan que nuestro ministerio gane en identidad carismática (6) y en dedicación a los más necesitados (7) o el impulso de un laicado escolapio desde los dinamismos de la misión compartida y la integración carismática en la Orden. (8) Todo lo que hagamos e impulsemos busca hacer posible el gran objetivo de este momento escolapio: revitalizar y fortalecer la vida y la misión de las Escuelas Pías.

1 46º Capítulo General / “Ministerio y crecimiento de la Orden”, 6-9
2 46º Capítulo General /Ephemerides Calasanctianae nº 1-2, enero-febrero 2010, Proposición 45
3 46º Capítulo General / “Gestión de los bienes económicos”, 13
4 46º Capítulo General / “Llamada a ser religioso escolapio”, 16
5 46º Capítulo General / “Formación y estudios del escolapio” 6
6 46º Capítulo General / “La calidad en la práctica de nuestro ministerio”, 4-5
7 46º Capítulo General / “El ministerio escolapio requiere espíritu para enseñar a los niños pobres”, 2
8 46º Capítulo General / Línea General de Acción nº 6 / “Escolapios, religiosos y laicos, compartiendo misión y carisma”

c) Éste objetivo central sólo se conseguirá si estos grandes desafíos
entendemos y trabajamos de modo coordinado. No saldrían adelante si los consideramos como “líneas independientes”; sólo serán reales si los impulsamos de modo sistémico. A modo de ejemplo: sólo podremos crecer en otros países si este objetivo se enlaza con la reestructuración de las demarcaciones, no si es un objetivo desconectado del conjunto del movimiento que vive la Orden y que estamos llamando “construir Escuelas Pías”.

d) Y sólo será posible si en cada presencia escolapia y en cada demarcación
llevamos adelante, de modo coordinado y complejo, todas las opciones que provocan vida y vida en abundancia (pastoral vocacional, formación inicial, organización, laicado, misión…). No es posible construir el futuro sólo desde una de estas líneas, sino desde todas, y todas en coordinación, desde una “cultura de Orden”.

e) Éste es el objetivo de la Orden.
Por lo tanto, también es el objetivo de cada comunidad y de cada demarcación. Es vuestro objetivo y el eje de vuestro proceso capitular. ¿Qué debe hacer vuestra comunidad, vuestra presencia escolapia, vuestra demarcación, para mejorar su realidad y fortalecer su vida y su misión? Os invitamos y os pedimos que este horizonte no se os olvide en vuestros trabajos capitulares. Si no lo impulsamos, perderemos la oportunidad de dar los pasos que en este momento podemos dar.

f) Os pedimos que no caigáis en el error
de pensar que este objetivo es teórico o que todo Capítulo –también el 46º Capítulo General- al final son documentos o papeles.

El Capítulo General pide a las Escuelas Pías que cambien los pasos que tengan que cambiar para hacer posible la revitalización de todas nuestras presencias y el crecimiento en nuevos lugares y misiones. “Revitalizar la Orden” es nuestro compromiso. Os pedimos y os invitamos que os incorporéis a él.

g) Finalmente, todo lo que aquí decimos sólo saldrá adelante
si cada uno de nosotros, escolapios, vivimos nuestra vocación con autenticidad y si nuestros anhelos y compromisos los ponemos en las manos de Dios para que, con su ayuda bendiciendo nuestro esfuerzo, podamos dar los pasos que tenemos que dar. Necesitamos programar y organizar, pero, sobre todo, necesitamos orar para acoger y vivir para testimoniar.

1.2. Una Orden en claro movimiento. Hay que saberse situar en ella. Ejemplos

Son bastantes las áreas de nuestra vida como Orden que están en movimiento, por decisión del 46º Capítulo General. Nos basta con poner algunos ejemplos y explicarlos brevemente para que nos hagamos idea de lo que estamos diciendo. Voy a hablar de cinco aspectos concretos, sólo a título de ejemplo.

a) Reestructuración global de las provincias, en clave de revitalización.
No hay duda de que este tema está en el centro de nuestras reflexiones. La proposición 45 del Capítulo General marca claramente el camino a seguir. Estamos en la primera fase de ese camino, que consiste sobre todo en consultar, dialogar, recoger iniciativas y criterios, expresar propuestas. Sólo después estaremos en condiciones de hacer una propuesta que cumpla lo mandado por el Capítulo General: que toda la Orden llegue reestructurada al Capítulo de 2015.

Pero no cumpliremos los objetivos si lo que hacemos es un simple cambio de mapa. De lo que se trata es de definir, con la mayor claridad que podamos, cuáles son las opciones y las claves desde las que deseamos provocar nueva vida en nuestras demarcaciones, sean las que sean.

Sin duda, éste es uno de los grandes objetivos del encuentro que ustedes inician hoy: definir las “llaves” que abren puertas de nueva vida, los núcleos que hay que saber discernir, las prioridades desde las que hay que intentar caminar.

Todos hemos de tener claro que este proceso será institucional o no será. Será hecho desde perspectivas institucionales, y coordinado y liderado por la Congregación General y las Congregaciones Demarcacionales, o no será posible. Y no olvidemos que no será fácil.

b) Pastoral vocacional: convocatoria vocacional,
casa de acogida en todas las demarcaciones

A lo largo de este año he recordado esa famosa afirmación del P. General Ángel Ruiz, ya hace bastantes años, en la que nos dijo que las Escuelas Pías sólo podrían tener un futuro sostenible si cada año tenían 100 novicios. Recuerdo que en su momento, en algunos contextos, esta afirmación no se entendió. Como algunas otras propuestas que hizo a la Orden a lo largo de su generalato. Hoy día tenemos que decir que la Orden tiene 50 novicios. Y el año pasado, un número parecido. Es cierto que la Pastoral Vocacional no es la única clave de revitalización, pero sí que podemos decir que es fundamental. La Orden puede y debe incrementar su capacidad de convocatoria de los jóvenes a la vida religiosa escolapia. Sin duda que habrá que reflexionar mucho y trabajar mucho más, con proyectos, responsables y equipos de trabajo, así como con casas de acogida en todas las demarcaciones. ¿Seremos capaces de reimpulsar la Pastoral Vocacional en la Orden y de reconocer su extraordinaria importancia para ser fieles al reto de la revitalización de las Escuelas Pías? Vamos a dedicar un año, especialmente, a reflexionar sobre este desafío; será el año 2012.

c) Plan de crecimiento de la Orden.
Tenemos planteado fundar, a lo largo del sexenio, en algunos países en los que no estamos presentes todavía. No lo haremos si no trabajamos de modo integral todos los desafíos que tenemos pendientes. Por ejemplo, ¿puede una nueva provincia, fruto de la fusión de dos o tres, asumir la fundación en un país nuevo, por ejemplo, Indonesia? Esta pregunta es muy importante, y descansa en una convicción clara de la Congregación General: sólo si unimos los desafíos daremos respuestas concretas. Es decir, sólo si unimos el reto de la reestructuración y el del crecimiento podremos avanzar.

La Congregación General tiene la obligación de elaborar y presentar un plan estratégico de crecimiento de la Orden. Para ello, estamos pidiendo sugerencias y criterios, y sobre ellos trabajaremos en los próximos meses.

d) Reformas económicas
Lo mismo digo de la reforma de nuestro sistema de compartir económico que ha sido pedida por el Capítulo General. Si la Orden evoluciona desde el actual paradigma (“provincias madres con demarcaciones dependientes”) a uno nuevo que podríamos llamar de “interdependencia de provincias autónomas”, si nuestros bienes no son compartidos de modo nuevo no podremos ir adelante. Por eso es muy importante avanzar en esta cuestión.

e) Mentalidad de Orden y de Provincia. La disponibilidad de los escolapios
La Orden no tiene un problema de disponibilidad. La gran mayoría de los religiosos con los que he hablado me han manifestado con claridad su disponibilidad para ser enviados donde la Orden se lo pida. Nuestro “problema” es de mentalidad y de funcionamiento de Orden. Sólo si avanzamos en todo esto podremos dar respuestas eficaces.

Estos ejemplos que he puesto, de los muchos que podríamos añadir, los cito sólo para ilustrar una afirmación central: la Orden está en movimiento, y el Capítulo General ha pedido cambios. Este es nuestro momento, y entre todos hemos de buscar las respuestas.

1.3. Una etapa nueva en el proceso de reestructuración de la Orden, en fidelidad al 46º
CG

a) La dinámica de vuestra opción, comenzada antes del 46º CG
Su proceso de fusión es anterior al 46 Capítulo General. Responde a la dinámica que se vivió en el sexenio anterior, en el que las demarcaciones que se veían en disposición daban pasos, junto a otras, para crear provincias nuevas, animadas desde la Congregación General. Fue el caso de Italia y de Emaús, y también el de ustedes. De alguna manera eran planes basados en la semejanza de proyectos, en la sintonía de planteamientos entre las demarcaciones cercanas. Fue un proceso bueno, sin duda. Pero el 46 Capítulo General ha marcado una nueva etapa, definida por la proposición 45.

b) La nueva dinámica de la Orden, tras la proposición 45 del 46º CG.
Institucional, global y liderado.

Esta nueva etapa se caracteriza por la decisión capitular de que el proceso de reestructuración de las Escuelas Pías, en orden a su revitalización, sea institucional y global, coordinado desde la Congregación General, consultado con los religiosos y definido antes del próximo Capítulo General. Estamos, pues, ante una fase nueva del proceso, y así hemos de vivirla. Ya no se trata sólo de que dos demarcaciones, cercanas en planteamientos, se propongan hacer un proyecto común, sino que es toda la Orden la que se coloca en esta dinámica. Será un proceso caracterizado no tanto por que dos demarcaciones semejantes se unan, sino que sean capaces de construir un proyecto común.

2. Su nueva Provincia, una Provincia nueva

El proceso de fusión que ustedes están llevando adelante está muy bien encaminado. La CG desea que nazca una nueva Provincia integrada por USA y NY-PR. Pero eso no basta.

Deseamos también que sea una Provincia nueva, renovada, con capacidad de crear vida y misión escolapias. Para ello hay que tener en cuenta varias cosas a la vez. Enumero algunas, sólo a título de ejemplo.

2.1. Vivencia más profunda del carisma

Lo que somos esencialmente, la perspectiva desde la que nos debemos situar, es nuestro carisma. La revitalización de la Orden no puede ser sólo el fruto de unos cambios estructurales, necesarios, sin duda ninguna. Hay otros pasos fundamentales, que son previos e imprescindibles. Y el central es que cada uno de nosotros vivamos con más profundidad nuestro carisma, nuestra consagración. Sólo dando lo mejor de nosotros mismos podremos provocar e impulsar el avance que necesita nuestra Orden. Desde ahí viviremos con plena disponibilidad y testimoniaremos nuestra pasión por la misión.

2.2. La combinación sistémica de todas las claves de la vida

El futuro está en un proyecto complejo, global y con dirección, no en opciones desconectadas o en localismos bienintencionados. No podemos poner nuestro futuro sólo en una “opción de renovación”, sea la que sea (pastoral vocacional, formación inicial, laicado escolapio, organización, vida comunitaria…). Lo que se necesita es un proyecto global y sistémico, basado en la combinación clara, sistemática e inteligente de todas las claves que provocan vida. Y la convicción de que no puede faltar ninguna de ellas.

2.3. Nuevas Provincias y Provincias “nuevas”.
Claves de renovación. Las grandes opciones.

Como queda dicho, de este proceso nacerán nuevas provincias, pero si no son provincias nuevas, no haremos nada. Habremos conseguido una cierta simplificación estructural, pero nuestro objetivo es mucho mayor.

Me gustaría poner algún ejemplo de lo que quiero decir cuando propongo que trabajemos desde “claves de renovación”. Sin ejemplos tomados de la vida real de la Orden, de los debates que en este año he podido compartir. Imagínense que su nueva Provincia asume como uno de sus ejes vertebradores ser “una provincia bilingüe, pluricultural y abierta a las necesidades de la Orden”. Si piensan despacio esta afirmación verán el nivel de exigencia que contiene y la dinámica de cambio que puede provocar. Cito otras, reales, que se dan en demarcaciones que están en este proceso: una provincia capaz de pensarse a sí misma desde “proyectos de presencia conjuntos entre los religiosos y los laicos / una provincia en dinámica vocacional / una provincia promotora de vocaciones escolapias específicas / una provincia misionera… Estas definiciones, si son llevadas adelante por las demarcaciones, cambian poco a poco el rostro del grupo. Necesitamos “afinar la puntería” y ver si podemos llegar a opciones de este tipo.

2.4. Las prioridades reales desde las que queremos trabajar

Aquí está la tarea central del capítulo provincial. No han de ser muchas, pero han de ser claras. Ustedes tienen ahora por delante un proceso capitular. Ojalà apaces de llegar hasta la “llave” que hay que utilizar para provocar renovación, vida nueva, en cada una de las áreas esenciales que conforman su nueva provincia. Es nuestro deseo y compromiso; en esta búsqueda pueden contar con nosotros.

3. Tres claves imprescindibles en este proceso

No hay tiempo para desarrollar este apartado en toda su profundidad. Basta con hacer presentes estas tres dimensiones de nuestra vida, para que no se nos escape nada. Como todo esquema, éste también es parcial e imperfecto, y no nos debe conducir a planteamientos desintegrados.

Hemos de buscar un proyecto global, integral, de vida y misión escolapias. Para ello, debemos atender lo que somos, lo que hacemos y los medios desde los que vivimos y trabajamos. Como esquema puede ayudar…

3.1. Revitalización carismática / SER
Esto nos recuerda que el centro de todo el proceso está en el carisma y que la perspectiva está en la creación de futuro posible y sostenible. Y el camino pasa por el discernimiento de lo que necesitamos vivir e impulsar, a lo que nos tenemos que abrir, para suscitar más vida.

3.2. Hacer de la misión eje central y articulador / HACER
Lo he reiterado a lo largo de esta breve exposición. La razón de ser de la Orden es la misión que tiene encomendada, y esto no puede ser una afirmación teórica.

3.3. Innovación estructural para la mejora organizativa / MEDIOS y ESTRATEGIAS
Aquí tenemos que poner sobre la mesa las estrategias, las opciones, los modelos organizativos.

Hemos de hablar de equipos y secretariados, de economía, de configuración de una Curia Provincial, de la implicación de los religiosos jóvenes en la construcción de la nueva provincia, etc.

4. Su momento y su dinámica

4.1. El camino recorrido hasta ahora
Como dije al principio, valoro mucho lo que han hecho hasta el momento. Todo es mejorable, pero lo considero un camino ejemplar, claro, transparente y corresponsable. Y está siendo proyectivo. Es una buena manera de caminar.

4.2. La importancia de esta asamblea
Han de salir de ella con una clara convicción: el camino no será fácil, pero es el camino. Es la última vez que se reúnen antes de sus procesos capitulares, y hay que aprovechar bien este momento fraterno e institucional.

Les invito a ser positivos y participativos. Esta reunión está enfocada a la creación de un futuro compartido, sitúense en ella desde esa perspectiva, no desde otra. Por eso es importante ser consciente de “cómo vengo a la asamblea” y qué postura soy llamado a tomar.

4.3. Convertir los ideales en proyectos. Caminar en verdad.
Saber proyectar. No debilitar las aspiraciones, pero saberlas convertir en proyectos que poco a poco nos van acercando al ideal. Los ideales son capaces de movilizar a grupos como el nuestro sobre todo si somos capaces de convertirlos en proyectos viables. Yo les invito a ello.

4.4. Saber trabajar superando las dificultades y aprovechando las oportunidades
Es evidente que estamos ante un proceso que no es fácil, que tiene dificultades. Hay que saberlas nombrar y discernir. Lo que se habla en los pasillos debe decirse en la mesa de trabajo, de lo contrario, no ayuda, despista y desanima. Yo ya he escuchado algunas dificultades en el poco tiempo que llevo en Puerto Rico. Hemos de ser capaces de pensar sobre ellas para que no atasquen el futuro. Por ejemplo:

a) “no va a ser fácil conseguir religiosos con un nivel lingüístico que posibilite el futuro de las obras que tenemos en inglés”.
Evidentemente, esto es una dificultad, pero no es propia de la fusión. Esto es difícil con fusión o sin fusión. Y, si me lo permiten, más difícil sin fusión.

El bilingüismo de la provincia ha de ser una opción clara y definida. Pero no le pongan al
proceso más dificultades de las que ya tiene.

b) “tenemos pocos formadores”. Evidentemente, con fusión y sin fusión, los formadores son pocos. Y lo son el la Orden. Por eso esta dificultad debe convertirse en línea de trabajo en la nueva provincia.

c) “la centralización no se consigue en pocos días”. Evidentemente, ni la centralización ni el funcionamiento de una provincia nueva. Esto lleva tiempo. No se trata de la que Congregación General ponga un sello en un decreto de erección de la nueva provincia.

Luego hay un camino complejo que recorrer. Nadie dijo que sería fácil esto, hermanos.

d) “tenemos modelos de vida comunitaria diferentes”. Eso es evidente. La base del proyecto no está en la semejanza que ya tenemos, sino en la capacidad de proyecto común que podemos construir. Ponerse de acuerdo en estilos de vida comunitaria, y hacerlo “hacia arriba”, levantando el nivel de exigencia y aspiración, es absolutamente necesario. Y hemos de ser capaces de hacerlo.

Insisto, hermanos, el camino que van a emprender es complejo y lleva mucho trabajo. Hace falta mucha comunión y claro apoyo al grupo de hermanos que ustedes constituyan en Congregación Provincial para impulsar la nueva provincia. No es buen camino fijarse sólo en las dificultades. Cuando quieran, les hago la lista de dificultades que tenemos en la Orden. Es necesario conocerlas, pero las decisiones se han de tomar desde otra perspectiva

Es claro que tenemos oportunidades. También a título de ejemplo, cito algunas, las que saltan a la vista, nada más situarse ante este proceso.

a) El momento que ustedes viven es nuevo, y hay que aprovecharlo. Este momento “fundacional” encierra energía que hay que saber desplegar.

b) Ustedes deciden en sintonía con la dinámica de la Orden. Esto también provoca impulso en el camino

c) Cuentan con el acompañamiento, humilde pero decidido, de la Congregación General.

Estamos comprometidos con ustedes en este proceso

d) Ciertamente el grupo que nace es diferente, y eso enriquece las opciones

e) Están en condiciones de definir sus “apuestas fundacionales”

f) Han de construir una provincia en la que no se pierda nada, en la que nuestras presencias vayan adquiriendo consolidación

g) El propio camino recorrido hasta ahora es una oportunidad en sí mismo. Las cosas se están haciendo bien

Analicemos las dificultades, aprovechemos las oportunidades, pero trabajemos desde el horizonte que nos hemos marcado.

5. Un proceso capitular que nos ayude a “poner nombre” a los primeros pasos
A lo largo de estos meses, ustedes van a recorrer su camino de fusión, conducidos por nuestra dinámica capitular. Serán muchos los temas que aborden. Me gustaría invitarles a no perder la perspectiva central desde la que han de trabajar: encontrar las “llaves” que abren puertas en cada una de las áreas fundamentales de nuestro ser y hacer. A modo de ejemplo, indico algunas de ellas.

5.1. Somos una Provincia nueva, pensamos desde ese nuevo paradigma. Piensen desde ahora con mentalidad de provincia nueva, no en sus demarcaciones actuales.

Acostúmbrense a pensar en “nuevo marco”, no en nuestras “ex – demarcaciones de procedencia”.

5.2. Pastoral Vocacional: proyecto + responsable + equipo. Para mí no hay duda de que esto es lo fundamental que hemos de conseguir. Todavía tenemos en la Orden unas cuantas demarcaciones que no funcionan desde este esquema básico.

5.3. Formación Inicial: formador/es y proyecto.
Trabajar por un proyecto formativo único y común, sintonizado con la Orden e impulsado por personas capaces de asumir el encargo de ser formadores al servicio de la Provincia.

5.4. Ministerio Escolapio:
diseño global de nuestras obras, el proyecto de cada presencia.

Cada una de nuestras obras debe tener un camino claro, un proyecto, impulsado por religiosos y laicos, que las haga sostenibles.

5.5. Vida Comunitaria y Formación Permanente:
estilo y proyecto de nuestras comunidades. Se trata de definir cómo aqueremos vivir y desde qué opciones queremos ser auténticas comunidades referenciales de nuestra misión.

5.6. Misión Compartida en Integración Carismática:
estatuto provincial. Debemos conseguir definir, junto con los laicos escolapios, el proyecto compartido desde el que queremos caminar.

5.7. Estructuras, recursos y organización: curia, equipos, economía, comunicación.
Son decisiones que deberá tomar la primera Congregación Provincial. Pero podemos ir definiendo desde ahora criterios y necesidades.

5.8. Sintonía de Orden:
qué necesitamos, qué podemos aportar. No hay ninguna provincia que no pueda aportar nada a la Orden, y ninguna provincia que pueda vivir ajena a las dinámicas de la Orden. Desde esta perspectiva, hemos de marcar pistas y señalar necesidades y compromisos.

6. Desde la Congregación General, felicitaciones, acompañamiento y exigencia.

Esto lo tienen garantizado. En lo que esté en nuestra mano, cuentan con el apoyo y cercanía de la Congregación General. Estaremos cerca para acompañar y, si es necesario, para exigir.

Termino con una pequeña historia que cita Aquilino Bocos en su último libro “Caminando hacia la aurora”.

“Hemos visto al zorro”

“El abad de un monasterio estaba muy preocupado porque, aunque eran muchos los que entraban en el noviciado, también eran muchos los que, pasado algún tiempo, lo dejaban. Irremediablemente, tras unos años, la práctica totalidad de quienes habían sido recibidos con tanta ilusión, marchaban aduciendo diversas razones. Eran muy pocos los que permanecían. Consciente de la situación, el abad no se dejaba engañar cuando sus consejeros intentaban animarle señalándole cuántos eran los que llamaban a la puerta.

Un día, mientras meditaba sobre sus inquietudes, vio una escena que le iluminó por completo: la caza del zorro. El pobre animal corría campo a través. Le perseguía una jauría de perros y, más atrás, a caballo, los cazadores. El zorro corría y corría, y los perros, tras él, ladraban veloces intentando darle alcance. Pero el abad observó que, al cabo de aquel gran alboroto, sólo un par de perro continuaban en la carrera; los demás habían ido abandonando la persecución y se les veía, por aquí y por allá, descansando o entretenidos en otros olisqueos. Cuando, por fin, hubo terminado la cacería, el abad se acercó a uno de los caballeros con esta sola, y para él trascendental, pregunta:

-¿Por qué aquellos dos perros, cuando la mayoría habían abandonado, siguieron al zorro hasta el final?

El cazador sonrió y, como sin necesitar mucha reflexión para explicar el motivo de una conducta a la que estaba más que acostumbrado, le respondió:

-Mire Padre, al principio todos los perros corren y ladran, pero la mayoría no ha visto al zorro, simplemente corren en medio del barullo. Hasta el final sólo llegan los que sí han visto al zorro.

A lo largo del proceso que van a vivir aparecerán aspectos que les distraerán del centro, del objetivo básico, que es provocar nueva vida y misión escolapias en el seno de una nueva provincia.

Trabajen siempre desde ese horizonte, desde esa convicción.

Muchas gracias y mucho ánimo.

Pedro Aguado
Padre General
Colegio Ponceño, Ponce, 2 de agosto de 2010.

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Wednesday, July 28, 2010

Reforma de la legislación sobre inmigración – USA -

Barak Obama, presidente de USA.
02 de julio de 2010

EL PRESIDENTE:
Muchas gracias a todos. Gracias. Gracias.
Tomen asiento todos, por favor. Muchas gracias.
Permítanme agradecerle al Rev. Hybels que vive cerca de mi ciudad, Chicago, quien se dio tiempo durante sus vacaciones para venir hoy. Es una bendición tenerlo con nosotros.

Quiero agradecerle al rector Neil Kerwin y a nuestros anfitriones aquí en American University; mencionar a mi sobresaliente secretaria de Trabajo, Hilda Solís, y miembros de mi equipo de gobierno; a todos los miembros del Congreso… Hilda merece un aplauso. (Aplausos.) A todos los miembros del Congreso, funcionarios electos, líderes religiosos y de agencias de la ley, líderes laborales, empresariales y defensores de los inmigrantes que están hoy aquí, gracias por su presencia.

Quiero darle las gracias a American University por volver a recibirme en el campus. Quizá algunos recuerden que la última vez que estuve aquí me acompañó mi querido amigo y un coloso de la política estadounidense, el senador Edward Kennedy. (Aplausos.) Teddy ya no está con nosotros, pero su legado, de derechos civiles y cuidado de salud y protección del trabajador, aún lo está.

Era yo entonces candidato a la presidencia y quizá algunos recuerden que planteé que nuestro país había alcanzado un momento clave; que después de años de posponer nuestros problemas más urgentes y, con demasiada frecuencia, ceder a la política del momento, ahora enfrentábamos una opción: podíamos darle la cara resueltamente a nuestros desafíos, con honradez y determinación, o podíamos condenarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos a un futuro menos próspero y menos seguro.

Eso es lo que creía entonces y lo que sigo creyendo. Y por eso, incluso mientras enfrentábamos la más severa crisis económica desde la Gran Depresión, incluso mientras llevábamos a su fin la guerra en Irak y concentrábamos nuestros esfuerzos en Afganistán, mi gobierno se ha rehusado a ignorar algunos de los desafíos fundamentales que enfrenta esta generación.

Iniciamos las más enérgicas reformas educativas en décadas, para que nuestros niños puedan obtener los conocimientos y aptitudes que necesitarán para competir en la economía mundial del siglo XXI.

Finalmente hemos cumplido con la promesa de la reforma de salud, la cual le dará más seguridad a todo estadounidense y frenará los costos que aumentan vertiginosamente y amenazan a familias, empresas y la prosperidad de nuestra nación.

Estamos a punto de reformar un conjunto de normas anacrónicas e ineficaces que rigen Wall Street, para darles más poder a los consumidores y evitar la imprudente especulación financiera que llevó a esta severa recesión.

Y estamos acelerando la transición a una economía de energía limpia al aumentar significativamente los estándares de eficiencia en el consumo de combustible de autos y camiones, y aumentando al doble nuestro uso de fuentes renovables de energía como la eólica y solar; medidas que tienen el potencial de crear industrias nuevas y cientos de miles de empleos nuevos en Estados Unidos.

Entonces, a pesar de las fuerzas del status quo, a pesar de la polarización y la frecuente banalidad de nuestra política, estamos enfrentando los grandes desafíos de nuestros tiempos. Y aunque esta labor no es fácil y los cambios que procuramos no siempre sucederán de la noche a la mañana, lo que hemos dejado en claro es que este gobierno no se limitará simplemente a pasarles el bulto a los que vienen después.

La reforma de la inmigración no es una excepción. En días recientes, el asunto de la inmigración se ha vuelto a convertir en una viva fuente de discordia en nuestro país, con la aprobación de una controversial ley en Arizona y las acaloradas reacciones que hemos visto en todo Estados Unidos. Algunas personas se han manifestado a favor de esta nueva política. Otras han protestado e iniciado boicots del estado. Y en todas partes, la gente ha expresado su frustración con un sistema que parece ser defectuoso de raíz.

Por supuesto que la tensión en torno a la inmigración no es nueva. Por un lado, siempre nos hemos definido como una nación de inmigrantes: una nación que acoge a quienes están dispuestos a aceptar los preceptos de Estados Unidos. De hecho, es el flujo constante de inmigrantes lo que ha ayudado a hacer a Estados Unidos lo que es. Los avances científicos de Albert Einstein, los inventos de Nikola Tesla, las grandes empresas como U.S. Steel de Andrew Carnegie y Google, Inc. de Sergey Brin. Todo esto fue posible gracias a los inmigrantes.

Y luego están los innumerables nombres y silenciosos actos que nunca llegan a los textos de historia, pero que fueron igualmente importantes para el desarrollo de este país… las generaciones que superaron dificultades y grandes riesgos para llegar a nuestras costas en busca de una vida mejor para sí mismos y su familia; los millones de personas, antepasados de la mayoría de nosotros, que creyeron que había un lugar donde, por fin, podían tener la libertad de trabajar y practicar su religión y vivir en paz.

Entonces, este flujo constante de gente trabajadora y de talento ha hecho de Estados Unidos el motor de la economía mundial y una luz de esperanza en todo el mundo. Y nos ha permitido adaptarnos y prosperar ante cambios tecnológicos y sociales. Hasta la fecha, Estados Unidos recibe enormes beneficios económicos porque seguimos atrayendo a los mejores y más brillantes de todo el mundo. La gente viene aquí con la esperanza de ser parte de una cultura con espíritu empresarial e ingenio, y al hacerlo fortalecen y enriquecen esa cultura. La inmigración también significa una fuerza laboral más joven –y una economía de más rápido crecimiento– que las de muchos de nuestros competidores. Y en un mundo cada vez más interconectado, la diversidad de nuestro país es una gran ventaja en la competencia mundial.

Hace apenas unas semanas, tuvimos un evento con dueños de pequeñas empresas en la Casa Blanca. Y uno de los empresarios fue una mujer llamada Prachee Devadas que vino a este país, se hizo ciudadana y abrió una exitosa compañía de servicios tecnológicos. Cuando comenzó, tenía apenas un empleado. Hoy en día, emplea a más de cien personas. En abril, tuvimos una ceremonia de naturalización en la Casa Blanca para miembros de nuestras Fuerzas Armadas. A pesar de no ser ciudadanos todavía, se habían inscrito. Entre ellos estaba una mujer llamada Perla Ramos. Nació y se crió en México y vino a Estados Unidos poco después del 11 de septiembre y luego ingresó a la Marina. Dijo, “Me enorgullece nuestra bandera y la historia que forjó a esta gran nación y la historia que escribimos día a día”.

Estas mujeres, y hombres y mujeres como ellos en todo el país, nos recuerdan que los inmigrantes siempre han contribuido al desarrollo y la defensa de este país, y que ser estadounidense no es cuestión de sangre ni nacimiento. Es cuestión de fe. Es cuestión de lealtad por los valores que compartimos y respetamos. Eso es lo que nos hace únicos. Eso es lo que nos da fortaleza. Cualquiera puede ayudarnos a redactar el próximo gran capítulo de nuestra historia.

Ahora bien, no podemos olvidar que este proceso de inmigración y la inclusión que termina sucediendo a menudo ha sido doloroso. Cada nueva oleada de inmigrantes ha generado temor y resentimiento hacia los recién llegados, particularmente en tiempos de dificultades económicas. Nuestra fundación se basó en la noción de que, en palabras de Thomas Jefferson, Estados Unidos era único como lugar de refugio y libertad para “la humanidad oprimida”. Sin embargo, la tinta de nuestra Constitución apenas se había secado cuando, en medio de un conflicto, el Congreso aprobó las Leyes de Extranjeros y Sedición (Alien and Sedition Acts), que impuso duras restricciones para quienes se sospechaba leales a países extranjeros. Hace un siglo, inmigrantes de Irlanda, Italia, Polonia, otros países europeos eran sometidos rutinariamente a discriminación social y desagradables estereotipos. Se detenía y deportaba a inmigrantes chinos en la isla Ángel de la bahía de San Francisco. Ni siquiera lograban ingresar.

Entonces, la política sobre a quién se le permite entrar y a quién no a este país, y bajo cuáles condiciones, ha sido sumamente contenciosa. Y ése todavía es el caso. Y el problema empeora porque quienes estamos en Washington no solucionamos las fallas del sistema de inmigración.

Para comenzar, nuestras fronteras son porosas desde hace varias décadas. Obviamente, el problema es peor a lo largo de la frontera sur, pero no se limita a esta parte del país. De hecho, debido a que no hacemos una buena labor de mantenernos al tanto de quienes entran y salen del país como visitantes, muchos evitan las leyes de inmigración simplemente quedandose después que caducó su visa.

El resultado es aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. La gran mayoría de esos hombres y mujeres simplemente buscan una vida mejor para sí mismos y sus hijos. Muchos se quedan en sectores de la economía con salarios bajos; trabajan arduamente, ahorran y no se meten en problemas. Pero debido a que viven en la clandestinidad, son vulnerables a empresas inescrupulosas que pagan menos del salario mínimo o trasgreden normas de seguridad laboral, y esto coloca en injusta [des]ventaja a las empresas que cumplen con dichas normas y a los estadounidenses que exigen con razón el salario mínimo o sobretiempo. No se denuncian los crímenes, ya que las víctimas y los testigos temen apersonarse. Y esto dificulta que la policía capture a los criminales violentos y que mantenga seguros los vecindarios. Y se pierden miles de millones en ingresos tributarios todos los años debido a que se paga por lo bajo a los trabajadores indocumentados.

Y lo que es más importante: la presencia de tantos inmigrantes ilegales se mofa de quienes pasan por el proceso de inmigrar legalmente. De hecho, tras años de soluciones y modificaciones en forma de parches incongruentes, el sistema de inmigración legal tiene tantos defectos como nuestras fronteras. El trabajo acumulado y la burocracia implican que el proceso puede tardar años. Mientras un solicitante aguarda aprobación, a menudo se le prohíbe que visite Estados Unidos, lo que significa que los cónyuges se ven forzados a pasar muchos años separados. Altas cuotas y la necesidad de abogados pueden excluir a solicitantes dignos. Y aunque les damos a estudiantes de todo el mundo visas para obtener grados de ingeniería e informática en nuestras mejores universidades, nuestras leyes los desalientan de usar esas aptitudes para iniciar un negocio o impulsar una nueva industria aquí mismo en Estados Unidos. En vez de capacitar a empresarios para que generen empleo dentro de nuestras costas, entrenamos a nuestros competidores.

En resumen, el sistema tiene serios problemas. Y todos lo saben. Desafortunadamente, la reforma ha sido víctima de las maniobras políticas y las riñas entre intereses particulares, como también de la opinión predominante en Washington que hacerle frente a un asunto tan complejo e inherentemente cargado de emoción no es buena idea en términos políticos.

Hace apenas unos años, cuando era senador, creamos una coalición bipartidista a favor de la reforma integral. Bajo el liderazgo del senador Kennedy, defensor de la reforma de inmigración durante mucho tiempo, y el senador John McCain, trabajamos superando diferencias políticas para ayudar a que se aprobara en el Senado una medida que contaba con la aprobación de ambos partidos. Pero a fin de cuentas, ese esfuerzo se desmoronó. Y ahora, bajo la presión del partidismo y la política propia de un año de campaña electoral, muchos de los 11 senadores republicanos que votaron a favor de la reforma en el pasado ahora han dado un paso atrás y dejaron de apoyarla.

Dada esta brecha, estados como Arizona han decidido tomar cartas en el asunto. Dado el nivel de frustración en todo el país, es comprensible. Pero también es equivocado. Y no es sólo que la ley aprobada en Arizona sea polémica, si bien le ha echado leña a un debate que ya era contencioso. Las leyes como la de Arizona ejercen una presión enorme en las agencias locales de la ley para que velen por el cumplimiento de normas que a fin de cuentas, no se pueden hacer cumplir. Ejerce presión en los presupuestos ya ajustados de los estados y las municipalidades. Dificulta que la gente que está aquí ilegalmente denuncie crímenes, lo que crea una división entre las comunidades y la policía, y hace que nuestras calles sean más peligrosas y la labor de los policías más difícil.

Y no me tienen que creer a mi, pueden hablar con los jefes de policía y otros agentes de la ley aquí presentes hoy, quienes les dirán lo mismo.

Estas leyes también tienen el potencial de trasgredir los derechos de ciudadanos estadounidenses y residentes legales inocentes, ya que los somete a que posiblemente los paren o cuestionen debido a su apariencia y su acento. Y si otros estados y municipalidades aprueban sus propias leyes, enfrentamos la posibilidad de que haya normas distintas de inmigración en diferentes partes del país, una variedad incongruente de normas locales de inmigración cuando todos sabemos que lo que se necesita es un estándar nacional claro.

Nuestra tarea, entonces, es hacer que nuestras leyes nacionales en efecto cumplan con su cometido, crear un sistema que refleje nuestros valores como estado de derecho y nación de inmigrantes. Y eso significa ser francos sobre el problema e ir más allá de los debates falsos que dividen al país en vez de unirlo.

Por ejemplo, hay miembros de la comunidad a favor de los derechos de los inmigrantes que argumentan fervorosamente que simplemente deberíamos proporcionarles un estatus legal a quienes están [aquí] ilegalmente o por lo menos ignorar de las leyes existentes y acabar con las deportaciones hasta que tengamos leyes mejores. Y a menudo este argumento se presenta en términos morales: ¿Por qué hemos de castigar a gente que simplemente trata de ganarse la vida?

Reconozco el sentido de compasión que impulsa este argumento, pero creo que una estrategia indiscriminada sería insensata e injusta. Les indicaría a quienes consideran venir aquí ilegalmente que no habrá repercusiones por una decisión así. Y esto podría llevar a un aumento en la inmigración ilegal. Y también ignoraría a millones de personas alrededor del mundo que esperan en fila para venir aquí legalmente.

A fin de cuentas, nuestra nación, como todas las naciones, tiene el derecho y la obligación de controlar sus fronteras y dictar leyes para la residencia y ciudadanía. E independientemente de lo decentes que sean, las razones que tengan, se debe hacer que los 11 millones de personas que infringieron estas leyes rindan cuentas por sus actos.

Ahora bien, si la mayoría de los estadounidenses siente escepticismo sobre una amnistía generalizada, también sienten escepticismo de que sea posible detener y deportar a 11 millones de personas. Saben que no es posible. Una campaña de ese tipo sería logísticamente imposible y descabelladamente costoso. Es más, rasgaría la fibra social de esta nación, porque los inmigrantes que están aquí ilegalmente son ahora una parte integral de ella. Muchos tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses. Algunos son niños, a quienes sus padres trajeron aquí de muy pequeños y que crecieron como niños estadounidenses y sólo descubrieron su estatus ilegal cuando postularon a la universidad o a algún empleo. Los trabajadores migrantes –la mayoría de los cuales está aquí ilegalmente– han sido la fuerza laboral de nuestros agricultores y empresarios agrícolas durante muchas generaciones. Entonces, incluso si fuese posible, un programa de deportaciones masivas alteraría nuestra economía y las comunidades de maneras en que la mayoría de los estadounidenses consideraría intolerable.

Ahora, una vez que vayamos más allá de los dos extremos de este debate, se hace posible forjar una estrategia práctica y con sentido común que refleje nuestro patrimonio y nuestros valores. Este tipo de estrategia exige que todos rindan cuentas: el gobierno, las empresas y las personas.

El gobierno tiene la responsabilidad fundamental de resguardar nuestras fronteras. Por eso he dado instrucciones a la secretaría de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ex gobernadora de un estado fronterizo, de que mejore nuestra política de velar por el cumplimiento de la ley sin tener que esperar una nueva ley.

Hoy, tenemos más efectivos en el terreno cerca de la frontera sudoeste que en ningún otro momento de nuestra historia. Permítanme repetirlo: tenemos más efectivos en el terreno en la frontera sudoeste que en ningún otro momento de nuestra historia. Hemos aumentado al doble el personal asignado a nuestros Grupos de Trabajo de Control y Seguridad Fronteriza (Border Enforcement Security Task Forces). Hemos aumentado al triple el número de analistas de inteligencia a lo largo de la frontera. Por primera vez, hemos comenzado a inspeccionar 100 por ciento de los envíos por tren hacia el sur. Y como resultado, hemos confiscado más armas ilegales, dinero en efectivo y drogas que en años pasados. Al contrario de lo que dicen algunos de los informes que se ven, el crimen a lo largo de la frontera ha bajado. Y los datos estadísticos recopilados por el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (Customs and Border Protection) reflejan una reducción significativa en el número de personas que tratan de cruzar la frontera ilegalmente.

Entonces, el asunto es el siguiente: la frontera sur está más segura hoy en día que nunca antes en los últimos 20 años. Eso no significa que no nos quede trabajo por hacer. Debemos hacer ese trabajo, pero es importante reconocer los hechos. A pesar de que estamos comprometidos a hacer lo necesario para resguardar nuestras fronteras, incluso sin la aprobación de una nueva ley, hay quienes alegan que no deberíamos avanzar con ninguno de los demás elementos de la reforma hasta que hayamos sellado del todo nuestras fronteras. Pero nuestras fronteras simplemente son demasiado extensas para que podamos resolver el problema con tan sólo muros y patrullas fronterizas. No funcionará. Nuestras fronteras no estarán seguras mientras se dediquen nuestros limitados recursos no sólo a detener pandillas y terroristas potenciales, sino también a los cientos de miles que tratan de cruzar todos los años, simplemente para encontrar trabajo.

Por eso se debe responsabilizar a las empresas si trasgreden la ley al contratar deliberadamente a trabajadores indocumentados y explotarlos. Ya hemos comenzado a aumentar los operativos contra los centros laborales que son los peores trasgresores. Y estamos implementando y mejorando un sistema para darles a los empleadores una manera segura de verificar que sus empleados estén aquí legalmente. Pero es necesario que hagamos más. No podemos continuar haciéndonos de la vista gorda mientras una porción significativa de nuestra economía opera al margen de la ley. Genera abusos y malas prácticas. Castiga a los empleadores que actúan responsablemente y perjudica a los trabajadores estadounidenses. Y a fin de cuentas, si disminuye la demanda de trabajadores indocumentados, el incentivo para que la gente venga aquí ilegalmente también se reducirá.

Finalmente, debemos exigir responsabilidad de la gente que vive aquí ilegalmente. Se debe requerir que admitan que infringieron la ley. Se debe requerir que se inscriban, paguen sus impuestos, paguen una multa y aprendan inglés. Deben regularizar su situación antes de poder ponerse en fila para obtener la ciudadanía, no solamente porque es justo, no solamente porque les dejará en claro a quienes desean venir a Estados Unidos que lo deben hacer conforme a la ley, sino porque es así que demostramos que ser… lo que significa ser estadounidense. Ser ciudadano de este país conlleva no sólo derechos, sino también ciertos deberes fundamentales. Podemos crear una vía para el estatus legal que sea justa, refleje nuestros valores y funcione.

Ahora bien, detener la inmigración ilegal va de la mano con la reforma de nuestro defectuoso sistema de inmigración legal. Hemos empezado a hacer eso eliminando el atraso en los trámites de verificación de antecedentes penales que en cierto momento llegó a ser de un año, y eso sólo para el trámite de antecedentes penales. Ahora la gente puede hacer el seguimiento de sus trámites de inmigración por correo electrónico o mensajes de texto. Hemos mejorado la responsabilidad y seguridad en el sistema de detención. Y hemos contenido el incremento en las tarifas de naturalización. Pero aquí también necesitamos hacer más. Debemos hacer que sea más fácil que los mejores y más brillantes vengan a abrir un negocio, desarrollar productos y generar empleo.

Nuestras leyes deben respetar a las familias que siguen las reglas, en lugar de separarlas. Debemos proporcionarles a los agricultores una manera legal de contratar a los trabajadores que necesitan y una manera para que esos trabajadores puedan legalizar su situación. Y debemos dejar de castigar a menores de edad inocentes por los actos de sus padres, al negarles la oportunidad de quedarse aquí, recibir una educación y aportar su talento para construir un país donde han crecido. La Ley DREAM haría esto, y por eso apoyé esta ley como legislador estatal y como senador federal, y por eso continúo apoyándola como Presidente.

Entonces, éstos son los elementos esenciales de una reforma integral de la inmigración. La pregunta ahora es si tendremos el valor y la voluntad política de aprobar la ley en el Congreso, para finalmente hacer esto. El verano pasado sostuve una reunión con líderes de ambos partidos, entre ellos muchos de los republicanos que apoyaron la reforma en el pasado y algunos que no la apoyaron. Y me complació ver un marco bipartidista propuesto en el Senado por los senadores Lindsey Graham y Chuck Schumer, con quienes me reuní para hablar de este tema. He hablado con el Grupo Hispano del Congreso (Congressional Hispanic Caucus) para reunirnos y trazar un plan, y luego me reuní con ellos a principios de esta semana.

Y he hablado con representantes de una coalición cada vez más numerosa de sindicatos y grupos empresariales, defensores de inmigrantes y organizaciones comunitarias, agencias de la ley y gobiernos locales... todos los que reconocen la importancia de la reforma de la inmigración. Y me reuní con líderes de las comunidades religiosas de Estados Unidos, como el Rev. Hybels, gente de diferentes credos y religiones, algunos liberales y algunos conservadores que, no obstante, comparten el sentido de urgencia, que comprenden que solucionar los problemas de nuestro fallido sistema de inmigración no sólo es una cuestión política, no sólo una cuestión económica, sino también un imperativo moral.

Y hemos alcanzado logros. Estoy listo para seguir adelante, los demócratas, en su mayoría, están listos para seguir adelante, y creo que los estadounidenses, en su mayoría, están listos para seguir adelante. Pero el hecho es que, sin apoyo de ambos partidos, como el que hubo hace unos años, no podemos resolver este problema. No es posible aprobar una reforma que lleve rendimiento de cuentas a nuestro sistema de inmigración sin votos republicanos. Ésa es la realidad política y matemática. La única manera de reducir las probabilidades de que este esfuerzo falle otra vez debido a la política es si los miembros de ambos partidos están dispuestos a asumir la responsabilidad por resolver este problema de una vez por todas.

Y sí, éste es un tema que suscita fervor y que se presta a la demagogia. Una y otra vez, este tema se ha usado para dividir, azuzar y satanizar a la gente, y entonces, el impulso natural y comprensible entre quienes son candidatos en elecciones es dejar este asunto de lado y diferir este asunto un día más, un año más, un periodo presidencial más. A pesar del liderazgo valiente que demostraron muchos demócratas y republicanos en el pasado, entre ellos, dicho sea de paso, mi predecesor, el Presidente Bush, ésta fue la norma. Por eso todavía tenemos un sistema defectuoso y peligroso que es ofensivo para nuestros valores estadounidenses fundamentales.

Pero creo que podemos poner la política de lado y finalmente tener un sistema de inmigración que rinda cuentas. Considero que podemos apelar no a los temores de la gente, sino a sus esperanzas, sus ideales más altos. Porque así somos los estadounidenses. Está inscrito en el sello de nuestra nación desde la declaración de independencia. “E pluribus unum”. De muchos, uno. Eso fue lo que atrajo a los perseguidos y empobrecidos a nuestras costas. Eso fue lo que llevó a los innovadores y audaces de todo el mundo a probar suerte aquí, en el país de las oportunidades. Eso fue lo que llevó a la gente a soportar miserias indescriptibles para llegar a este país llamado Estados Unidos.

Una de las mayores olas de inmigración de nuestra historia tuvo lugar hace poco más de un siglo. En ese tiempo, se desterraba de Europa Oriental a los judíos, quienes a menudo escapaban en medio de balaceras y a la luz del fuego de sus aldeas incendiadas. El viaje podía tomar meses, mientras las familias cruzaban ríos en la oscuridad de la noche, viajaban millas a pie y cruzaban el peligroso y turbulento Atlántico Norte. Una vez aquí, muchos se instalaron al sur de Manhattan, una zona llena de vida y actividad.

Fue entonces que una joven llamada Emma Lazarus, cuya familia había escapado de la persecución en Europa varias generaciones antes, adoptó la causa de estos nuevos inmigrantes. Aunque era poeta, pasó mucho tiempo abogando por mejor cuidado de salud y vivienda para los recién llegados. Inspirada por lo que vio y escuchó, escribió sus pensamientos y donó su trabajo para ayudar a construir una nueva estatua: la Estatua de la Libertad, que en realidad fue financiada en parte por pequeñas donaciones de gente de todo Estados Unidos.

Muchos años antes de que se construyera la estatua, mucho antes de que la vieran multitudes de inmigrantes alargando el cuello al cielo para ver el final de un viaje largo y brutal, mucho antes de que se convirtiera en el símbolo de todo lo que valoramos, ella se imaginó lo que podía significar. Se imaginó la visión de una estatua gigantesca en el umbral de una gran nación, pero a diferencia de los grandes monumentos de la antigüedad, ésta no sería el símbolo de un imperio. En vez, sería el símbolo del arribo a un refugio, un lugar con libertad y oportunidades. Escribió:

“Aquí se levanta a nuestras puertas, / bañadas de sol y de mar/ Una mujer poderosa con una antorcha/ de cuya mano sale un haz de luz,/ símbolo de bienvenida al mundo/ “¡Que las antiguas tierras conserven su ilustre pompa!/ ¡Que vengan a mí sus multitudes exhaustas y pobres/ que anhelan ser libres…!/ Envíenme a los desamparados y náufragos de tormentas/ ¡Mi luz brilla junto a la puerta dorada!”.

Recordemos estas palabras. Porque cada generación tiene la responsabilidad de asegurar que esa luz, ese símbolo, continúe brillando como una fuente de esperanza para el mundo y una fuente de prosperidad aquí en nuestro país.

Gracias. Y que Dios los bendiga y bendiga a Estados Unidos de Norteamérica

Muchas gracias.

http://www.abc.es/20100702/internacional/discurso-obama-inmigracion-201007020156.html

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